CAPÍTULO 30 A TRAVÉS DEL CRISTAL

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Lisa no dice una sola palabra en todo el camino hasta que están en su habitación. Lisa va esta vez prendida de su brazo para no incomodar más el caminar de la chica de cabello castaño, aunque sus zapatos tan altos los domina a la perfección.

Dentro del elevador se fija por el espejo en su apariencia. Las ondas en su cabello le sientan muy bien. El vestido morado se amolda perfecto a su figura y el perfume que emana su piel entra gustoso por sus fosas nasales, es... dolorosamente hermosa.

Lisa ve a la chica pasearse por todo el cuarto quitándose el incómodo vestido frente al espejo. Unos segundos después de fijarse embobada en su piel, se da cuenta que no es correcto que la mire en ropa interior. No está bien que piense en Jennie de esa manera, sobre todo sabiendo que tiene novio.

Se toma la cabeza a manos llenas sacudiéndose con brusquedad. Cierra muy fuerte los ojos evitando la tentación.

Ya estoy vestida.

Lisa abre primero un ojo y después el otro. La chica trae puesto un short a juego con una blusa de tirantes; su cabello todavía ondulado ahora atado en una coleta alta y en sus pies dos enormes pantuflas que simulan ser dos patas de oso felpudas. Lisa ríe con ternura por cómo se ve. También sonríe encantada cuando se fija en sus ojos ya sin esas molestas gafas que le impiden admirar la belleza son.

Por fin.

¿Por fin qué?

Tus ojos.

Hoy fui a cenar con mis papás y los papás de Kai, por eso me las puse.

¿No te gustan tus ojitos?

No mucho suspira frustrada. No sé...

Pues a mí me gustan camina hasta ella agachando la mirada muy cerca de su cara. Son bonitos.

Todo el enojo acumulado y la preocupación por el estado de la chica frente a ella se esfuman delante de Jennie con esa mera frase. Le devuelve la sonrisa a la más alta para luego darse cuenta de todo lo que tienen que hablar y poner de nuevo su cara seria.

Vale, no creas que con tus piropos me vas a comprar y te vas a salvar del regaño.

¿Re-regaño?

Me mentiste. Nos mentiste a las chicas y a mí... Bueno, técnicamente nos ocultaste información, pero Anyway.

Lisa ladea su cabeza y frunce el ceño esperando confundida a que la bióloga le explique mejor.

¿Limpias también el bar? pregunta sin más.

La pelinegra deja escapar un largo suspiro para terminar asintiendo apenada.

Con eso ya son cuatro trabajos, Lisa Manoban levanta ambas cejas.

La chica se encoge de hombros.

No, nada de encogimientos de hombros ni agachar la mirada, veme.

Ella lo hace.

¿Siempre has limpiado el bar?

Niega.

¿Hace cuánto?

Un encogimiento de hombros.

¿Todos los días?

Niega otra vez.

¿Después de que terminas de trabajar ahí?

Asiente.

¿Cuánto tiempo te toma?; ¿a qué hora terminas?

Lisa cuenta con sus dedos tomándose el tiempo para pensar.

UNA PARTE DE MI ALMA // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora