UNA PARTE DE MI ALMA // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)

CAPÍTULO 51 TE EXTRAÑO

La tarde del miércoles iniciando la temporada lluviosa de marzo, Rosé se sale de su zona de depresión y yendo en contra de todas las promesas y sobre todo advertencias de sus dos mejores amigas, se aventura en las caóticas calles de Paraíso para visitar a dos viejas amigas.

Los sentimientos una vez más le han ganado la batalla y sin importarte nada más que lo mucho que extraña a Somi y a Lisa, toma un taxi que se va quejando por todo el camino de los hoyos de la carretera hasta llegar al porche de la familia Manoban.

—Aquí tiene, quédese con el cambio —pone los ojos en blanco.

La psicóloga observa su alrededor dejándose invadir por una profunda nostalgia al recordar la primera vez que estuvo ahí. De verdad extraña al par de hermanas y está dispuesta a recuperar su relación con ellas le cueste lo que le cueste; no se irá de ahí sin lograrlo. Jennie nota su ausencia en la universidad y su teléfono se llena de llamadas y mensajes de sus dos mejores amigas que silencia ya sabiendo de lo que tratará el sermón de más tarde, pero no importándole para nada.

Ingresando por la puerta trasera sin ser vista, Rosé ve al señor Jhon sentado en la sala bebiendo de una botella de alcohol puro sin hacer ningún gesto al sentir bajar por su garganta el amargo líquido; de fondo y favoreciéndole muchísimo, el estéreo a todo volumen con su música para beber.

Aprovechando su distracción, sube corriendo las escaleras hacia el cuarto de Somi que se encuentra cerrado. Toma una respiración profunda y toca.

La pequeña de los Manoban abre la puerta ilusionada pensando que su hermana mayor ha vuelto temprano de su ardua jornada laboral, pero cuando se encuentra el rostro de la psicóloga de frente, su cara es de confusión.

—¡Hermana, por fin! Yo... ¿Ro-Rosé?

—Somi...

La chica de cabello castaño ingresa a la habitación rápidamente poniéndose al pie de la cama de la niña, quien todavía la observa con asombro.

—¿No me vas a dar un abrazo? —pregunta Rosé ya con lágrimas en los ojos.

La nostalgia se le contagia a Somi al instante corriendo a los brazos de su amiga, la ha extrañado.

—Hola mi amor pequeñito.

—Hola mi amor grandotote.

—¿Cómo estás? —se seca las lágrimas para revisar que de verdad esté bien.

—Estoy muy bien, estaba a punto de irme a dormir, acabo de terminar mis tareas.

Somi corre a enseñarle sus cuadernos a Rosé, quien los revisa con una sonrisa tierna al ver sus dibujos infantiles.

—Has mejorado mucho la manera en que pintas.

—He estado practicando, Lisa me compró un libro para colorear gigante... ¿Por qué lloras?

Rosé se sienta sobre la cama cubriéndose el rostro enternecida. Esas últimas semanas sí que le ha costado adaptarse a la idea de que ya no tiene a la pequeña en su vida, se había acostumbrado a su compañía en casa y a sus tardes de películas; no lo soportaba más y por eso salió de sus clases esa tarde, tomó un taxi y fue a ver que estuvieran bien las dos.

—Es que te he extrañado mucho, cielito.

—Yo también te he extrañado, Rosie.

—¿Por qué ya no nos dejas visitarte? —pregunta con dolor—. ¿Por qué nos sacaste de tu vida? ¿no nos quieres?

La pequeña se suelta a llorar al ver el dolor en los ojos de la psicóloga sintiendo sus palabras tocarle el corazón en lo más profundo... ¿No quererla? ¡¿Quién no querría a Rosé?! La ha extrañado, a todas, pero mucho más a ella al ser su cómplice en todo momento; la verdad es que Somi le ha agarrado tal cariño a la chicas, que las ha alcanzado a considerar como sus otras hermanas mayores. Jisoo es como su hermana con la que pelea todo el tiempo, pero que igual adora y disfruta de fastidiar. Jennie viene siendo la hermana sensata y neutral, a quien también adora, pero por quien no puede evitar sentir celos al robarle a su verdadera hermana, su sangre. Lisa es todo para Somi y no tener su atención como antes le resulta imposible de asimilar.