UNA PARTE DE MI ALMA // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)

CAPÍTULO 21 CANSADA

Uno de esos sábados en que Labyrinth está a reventar de clientes, Lisa agradece por millonésima vez al cielo que ya haya acabado su tortura. Ese día juntó más propinas que las que ha juntado en toda su historia en el bar, se felicita también después de que Bob y Jackson lo hacen; además es un día feliz, el hombre mayor le entrega un sobre con el dinero de su pago.

—Buen trabajo, chicos —felicita—. Este negocio de mala muerte empieza a hacerse popular y es todo gracias a nuestro trabajo en equipo.

—Y a Lisa, que es la que atrae los clientes —molesta a la chica dándole un empujón—. No te preocupes, a todos los he mandado a la mierda.

Lisa solo ríe girando los ojos. Jackson se ha portado muy bien con ella, es un chico respetuoso y siempre está para ayudarla con los tipos que se han intentado propasar con ella, la protege. Su novia va de vez en cuando a visitarlo al bar y es amable, juntos tienen una bonita familia con un niño de dos años idéntico a él; en ocasiones, se permite recordar la bonita experiencia con Somi cuando tenía su edad y lo sostiene en brazos haciéndole mimos.

—¿Lograste hablar con Sora?

—Sí, parece que su esposo está peor de lo que pensaba, va a quedarse más tiempo en la finca cuidándolo.

—¿Y qué haremos entonces?

—Pues conseguir a otra persona o hacerlo nosotros mismos.

—¡Ew! Paso, ¿sabes lo desagradables que están esos baños después de cuatro días?

—¿Lisa, conoces a alguien que necesite trabajo?

La pelinegra mira a Bob sin entender, ha estado ajena a la conversación de los dos hombres mientras contaba su dinero.

—Sora estará ausente un tiempo y necesito a alguien que limpie el local.

Una lucecita se le enciende en el subconsciente al pensar en la persona perfecta para el cargo, alguien que necesita el dinero y que es capaz de cumplir con el deber con la eficiencia que se requiere.

—Yo.

—¿Tú qué?

—Yo —se señala a sí misma—. Yo puedo.

Bob y Jackson se miran entre sí y después a la chica.

—¿No tienes suficiente con tus otros trabajos? —pregunta el rubio.

Lisa se encoge de hombros.

—Somi —dice como siempre en respuesta a todo—. Ballet. Necesito.

—Así que ballet —suspira—. Eres un ángel, ¿verdad?, solo no nos lo quieres contar —molesta.

Por supuesto que no es un ángel, si ella no tiene alas ni una tiara brillante... ¿O sí? Se fija con disimulo palpando su espalda y mirando por encima de su cabeza si es que hay algo que los demás ven y ella no; y puede que sí, solo que no literalmente como ella piensa: su bondad.

Les dedica a ambos una mirada divertida negando.

—Soy una persona.

—Te he dicho que no la molestes, cabeza de chorlito —su papá le da un zape— Lisa, hija, ¿estás segura?

Ella asiente.

—Me encantaría que fueras tú porque eres una persona de confianza, pero es un trabajo duro.

De nuevo un encogimiento de hombros.

—Vale, pero que Jackson te ayude.

—¡¿Qué?! ¡Oye, yo no voy a limpiar baños!