CAPÍTULO 48 TENGAN CUIDADO

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Somi se despierta con toda la energía del mundo para continuar con su serie favorita en compañía de Rosé, por lo que es a la primera persona que corre a despertar, encontrándose con la desilusión del cuarto de huéspedes que siempre ocupa, totalmente vacío y con la cama hecha, lo que la lleva a pensar que no pasó la noche ahí como prometió, raro.

La pequeña se decide entonces por su hermana mayor con quien poco ha compartido en los últimos días, pero también se decepciona al encontrar, no la habitación vacía, sino con el espacio a su lado ocupado por Jennie; se queda un momento a observar el cariño con que es abrazada y las sonrisas en sus rostros, la comodidad del momento, los celos de hermana pronto hacen aparición en su corazón poniéndola de muy mal humor decidiendo ir a ver la televisión por su cuenta.

¿Quién necesita ver televisión acompañada, de todas formas? Somi es una niña grande que puede valerse por sí misma, no necesita de nadie.

Rosé hace su aparición media hora después encontrando a la niña cruzada de brazos y con el ceño fruncido sobre el sofá mirando a la nada, Dominó luchando en vano por captar su atención.

Buenos días cielito besa su cabeza.

Hola contesta la niña simplemente.

¿Estás bien?

Se encoge de hombros.

Okey, algo tienes, cuéntame.

Dijiste que veríamos nuestra serie juntas.

La realidad nuevamente cae sobre Rosé como baldado de agua fría.

Perdóname cielito, tuve que hacer unas cosas, pero ya estoy aquí. ¿Ya desayunaste?, ¿quieres que te prepare pancakes y leche con chocolate?

Somi asiente con una sonrisa que se le borra de inmediato al ver bajar por las escaleras a su hermana tomada de la mano con Jennie. Para Rosé no pasa desapercibida la mirada dolida con que la niña se les queda viendo a sus manos entrelazadas, cambiando de tema al instante para distraerla del momento.

Somi, ¿me ayudas a preparar la mezcla de los pancakes?

¡Sí quiero!

Aprovechando la ausencia de la pequeña hermana, es ahora Rosé quien observa al par de chicas de pie junto al comedor.

Muy buenos días a las dos saluda sugerente con una ceja levantada.

Buenos días Rosé le sonríe inocente Lisa.

Escúpelo ya, conozco esa mirada corta Jennie los rodeos.

Yo no he dicho nada —ríe inocente.

Ni siquiera voy a iniciar una discusión al respecto resta importancia. Muero de hambre, voy a ayudar a Somi con el desayuno.

Rosé solo ríe de la situación acercándose ahora a Lisa, quien juega con el salero sobre el comedor ajena a todo lo que ocurre.

—Buenos días bebé.

—Buenos días Rosé —sonríe radiante—. Hoy desperté muy feliz.

—¿Y eso?

—Jennie y yo estamos bien —se sonroja levemente—. Ya no estamos enojadas y ahora deja que le dé besos cuando quiero.

—¡Vaya, vaya! Eso sí es un acontecimiento, ¿ahora son novias?

¿Novias? Esa palabra la pone a pensar, ¿qué son ella y Jennie después de lo de anoche? Ni ella ni la chica de ojos gatunos se han hecho la gran propuesta; es lo que viene después de decirse que se gustan, ¿no?, es mejor que vaya pensando en algo.

Lisa niega rápidamente.

—Entiendo, solo te pido tener mucho cuidado, ¿está bien?

La chica más alta hace su usual gesto de confusión.

—No estoy muy segura todavía, solo... tengan cuidado las dos —se marcha.

Lisa no entiende en ese momento a lo que su amiga se refiere, aunque más tarde cuando nota la actitud extraña de su hermana para con ella y Jennie, sí que lo capta; la manera en que les habla, en que contesta, en que no se les acerca, el ceño fruncido todo el tiempo y el cruce de brazos, su hermana arde de los celos porque ahora la nadadora le roba toda la atención de su hermana y Lisa no sabe cómo lidiar con ello, tampoco Jennie.

Un par de semanas más pasan y la situación se sale cada vez más de sus manos. Somi está insoportable y ya no quiere pasar tiempo en casa de las tres amigas; ahora su rechazo no es solo hacia Jennie, sino hacia Rosé y Jisoo; se niega a dejar que la recojan en la escuela y en el ballet, se niega a quedarse en sus casas mientras Lisa trabaja, se niega a su compañía dificultándole las cosas a la chica del café cuando retoma sus labores en la CSU, Charmant y Labyrinth. No sabe qué hacer...

—Buenas tardes, soy Lisa.

Bebé, soy Jennie.

Lisa deja escapar un suspiro de felicidad y a la vez nostalgia al escucharla.

—Hola.

¿Estás ocupada?

Lisa barre con la mirada la cafetería notando que solo están las dos personas que acabó de atender. A mediodía no es que se llene mucho el local, es la hora en que aprovecha para acomodar el mostrador y la caja reduciendo sus labores de la tarde para irse treinta minutos antes y alcanzar a recoger a Somi en la escuela.

Niega olvidándose de nuevo que alguien al teléfono espera una respuesta verbal.

¿Lisa?

—Perdón, no. No-no estoy ocupada.

¿Puedo ir a verte en tu hora de almuerzo? Necesito que hablemos con urgencia.

—Pero tienes clase —revisa su reloj, a esa hora Jennie está en su clase favorita de Biología.

Voy a faltar, necesito verte.

Hace al menos dos semanas que Lisa no ve a Jennie y la extraña un montón; el hecho de que se salte una clase por ir a verla, le hace ilusión, aunque desconozca el motivo de la urgencia de la nadadora por hablar.

Del otro lado de la línea, Jennie suspira cansada por la situación a la que ya no quiere dar más vueltas. Asiente a su mejor amiga Rosé a su lado, dándole la razón en que es mejor que trate el tema de Somi con Lisa antes de que se vuelva más difícil. El rechazo de la niña es algo que las ha impactado y entristecido, y el hecho de que Lisa no comprenda muy bien de lo que se trata en realidad (porque se cree de verdad el cuento de su hermanita de que no pasa nada y que solo quiere pasar tiempo con ella como antes) la decepciona todavía más. Siguió el consejo de su mejor amiga e irá al grano para encontrar una solución, solo espera no estar sola en esto.

UNA PARTE DE MI ALMA // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora