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Fui al lugar que Fiorella me había mostrado, donde las personas dibujaban, esta vez llevé mis propios materiales.

                                        Fio, ¿estás libre?

Sí, ¿por?

                  ¿Puedes venir al lugar donde
                  dibujan?

Claro, llego en unos minutos.

No sabía qué dibujar porque siempre hacía paisajes y atardeceres, nada nuevo. Juan ya no podía enseñarme más cosas porque últimamente anda muy ocupado y era comprensible.

Pasaron los minutos y a lo lejos vi a mi amiga, ella se acercó y me abrazó como forma de saludo.

—Perdón por hacer que vengas ahora a la plaza, solo quería la compañía de alguien para poder dibujar.— hablé.

—Hoy es mi día libre, así que no estaba ocupada, ¿qué vas a dibujar?— preguntó.

—Eso es lo que no sé, wey, siempre hago lo mismo y quiero algo nuevo.— respondí.— ¿Me puedes dar algunas ideas?

—Hay muchas cosas para que puedas dibujar, pero como ahora tienes un bloqueo, puedes hacer algo fácil y poco a poco te vas a ir inspirando.— recomendó.

Fio me dijo que sus flores favoritas eran los girasoles, así que eso hice, como estaba fácil no demoré mucho.

—Está precioso, deberías de hacer más y venderlos, hay gente a la que le gusta comprar dibujos.— dijo y la miré con duda.— Puedes intentarlo, yo creo que te iría muy bien, tus dibujos son bien chingones.— halagó y sonreí ante eso.

Ella se levantó y me pidió que la siguiera, caminamos unos largos minutos y llegamos a una panadería que se veía muy bonita.

—Esta es la panadería de mis padres, mi mamá quiso que te invite, quiere conocerte.— exclamó.

Entramos y vi a una señora atendiendo, supuse que era su mamá porque tenían un gran parecido.

—Así que tu eres la chica que tanto menciona Fiorella, es un gusto conocerte.— habló cuando se dio cuenta de mi presencia.— Eres más linda de lo que mi hija dijo.— recordó.

—Mamá.— susurró mi amiga con vergüenza y reí.— No es necesario que digas esas cosas.

—¿Quieres algo?— preguntó la señora y negué.— Ándale, te invito unos bolillos y te conozco un poco más.— ofreció la señora.— Siéntense allá, ahora les llevo los panes.

Fiorella me guió a una mesa de tres, realmente su mamá me estaba cayendo muy bien.

—Disculpa a veces se porta de esa forma cuando conoce a mis amigos.— dijo ella.

—No te preocupes, se nota que tu mamá es muy buena onda, es probable que le caiga muy bien a todos tus amigos.— comenté.

Mientras hablábamos, comí solo un pan, no puedo negar que estaba muy rico, la señora todo el tiempo me trató bien, era muy amable.

Al terminar nuestra conversación me despedí de la señora y Fio me acompañó algunas cuadras más, me agradecí por todo y me fui. Agradecía mucho haber conocido a Fio porque ella estaba haciendo que salga más seguido de mi casa.

Solo las dos (Rivers x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora