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Me levanté rápido del mueble y me dirigí hacia la puerta, efectivamente, Fiorella estaba parada con una sonrisa nerviosa.

—¿Fiorella? ¿Qué haces aquí?— pregunté.

—Hola, disculpa por no avisar que vendría, necesito conversar contigo.— comentó.

—¿De qué?— habló Sam algo molesta.— Primero no puedes llegar a la casa de alguien sin avisar, ¿qué tal si estábamos ocupadas?

Yo miré mal a Sam, al parecer no recordaba las veces que ella me venía a visitar sin decir nada.

—Será mejor que regrese mañana, se nota que tomaste y tal vez quieras descansar.— avisó.

—No tranquila, pasa, ¿quieres algo de tomar?— dije e hizo un sonido de afirmación.

Fui a la cocina por el vaso de agua y a prepararme café. Sam me siguió, ella no decía nada solo me miraba atenta.

—Pensé que le dirías que no podían hablar en estos momentos.— se quejó. — ¿No te sientes mal por beber tanto?— cuestionó al ver que estaba normal.

—Obvio que me siento mareada.— reí.— Pero es Fio, hace semanas que no hablo con ella.— expliqué.

Regresé a la sala y Sam no dejaba de seguirme, al parecer quería escuchar la conversación que tendría con mi amiga.

—Como te dije quiero hablar contigo, a solas.— aclaró Fio mirando mal a Sam.

—¿Puedes ir al cuarto? No tardaremos demasiado.— murmuré.

Ella aceptó de mala gana y se dirigió al cuarto, quedamos en un ambiente algo incómodo. Fiorella pensaba en qué decir y yo esperaba atentamente.

—¿Estás intentando algo con ella? No quiero meterme en tu vida privada, solo es una duda que tengo.— dijo.

—Sinceramente, sí, estoy intentando algo con ella.— respondí.— ¿Como has estado?— cuestioné desviando completamente el tema.

—Ahí la llevo, pero se nota que tú te la pasaste bien, no sabía que tomabas bastante.— contestó con una sonrisa.

—Pues ya se me bajó un poco con el café.— le devolví la sonrisa.

—Mira, no te quiero quitar tiempo, así que seré directa, quiero que nuestra relación sea como antes.— pidió.— A veces me siento culpable porque gracias a que quise intentar algo contigo, nuestra amistad se fue a la verga. Te extraño, extraño los momentos que pasamos juntas, y no te preocupes, tengo muy claro que solo somos amigas.— aclaró.

—Yo acepto con mucho gusto, pero la que me preocupa eres tú.— confesé.— Yo te quiero mucho Fio...

—Tengo una idea.— me interrumpió.— ¿Qué te parece si nos conocemos de nuevo?— propuso.— Hagamos como que nada pasó.

—¿Crees que eso puede ser una solución?— cuestioné y asintió.— Bien, me llamo ____.— dije riéndome.

—Mucho gusto ____, yo soy Fiorella.— se presentó.

—El gusto es mío, Fiorella.— respondí.

Seguimos unos minutos con el juego, me di cuenta que sí me hacía falta la amistad de Fio, me sentía feliz y a la vez preocupada, ¿cómo se lo tomaría Sam?

Solo las dos (Rivers x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora