𝟛𝟙

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Me levanté en una habitación que se me hacía conocida, no podía ni sentarme porque me dolía todo.

Observé mejor el lugar y recordé que era la habitación de Sam, ¿qué hacía aquí?

—¿Cómo estás, preciosa?— preguntó Sam cuando salió del baño, se me hizo raro que me llame así.

—Me duele todo.— respondí.

—Será por lo de anoche.— comentó.— No querías que pare.— dijo con una sonrisa coqueta.

—¿Qué?— hablé nerviosa.

—¿No lo recuerdas?— cuestionó y negué.— Puedo hacer que recuerdes todo de nuevo.

Se acercó a mí lentamente, estábamos nariz con nariz.

—¿Quieres que te lo haga recordar?— cuestionó y asentí.— Esto te volverá a gustar.— sonrió.

Estaba a punto de besarme, pero una voz me despertó.

—¡____!— Ama alzó la voz.— Despierta wey, ya es tarde y tú no te quieres ni levantar.— exclamó.

Ignoré lo que me dijo, ¿qué acababa de soñar?

—¿Qué soñabas? Estabas murmurando cosas que no entendía.— contó.

—No recuerdo nada del sueño.— mentí.— ¿Cómo llegué aquí?— cambié de tema.

—En pocas palabras todos estábamos ebrios, más tú, no pensaba dejarte sola en tu casa en ese estado, así que te traje para acá.— dijo.— No hiciste el ridículo, solo cantaste algo tu sola, no sé si lo recuerdas.

Ese momento lo recordaba perfectamente. Ama y yo bajamos, Filis ya me había preparado una ensalada, después de eso tomaría una pastilla y regresaría a mi casa.

Me demoré un poco en comer ya que me dolía mucho la cabeza, por eso, Ama me llevó a mi casa.

Me bañé, revisé mi celular y vi que Fio me había escrito.b

       Hola, discúlpame por no responder
       ayer salí con unos amigos y no vi
       tu mensaje.

¿Quieres salir a pasear?

      Va, deja me alistó y te voy a buscar.

Te espero :)

A pesar de que no tenía ganas, me arreglé y fui a la casa de Fiorella, esperaba que no esté su mamá, suponía que Fio ya le habría contado algo se nosotras y no quería volver a pasar un momento incómodo.

Cuando llegué Fio ya estaba afuera, hoy se veía muy linda, demasiado diría yo.

—¿Cómo estás?— saludé.

—Muy bien porque estoy saliendo contigo.— sonrió para luego darme un beso en la mejilla.— ¿Podemos ir a comprar?— pidió.— Se me ocurrió algo, pero no sé si te gustara.

Acepté su propuesta y fuimos a una tienda de ropa, todas las prendas estaban bonitas, mientras Fio escogía su ropa, yo también compraba ropa para mí. Vi una sudadera muy bonita, era el estilo de Sam así que no dudé en comprarlo.

—¿Qué te parece si compramos ropa parecida y en la próxima salida hacemos match?— propuso y acepté.

Escogimos algo que nos gustó a las dos, en la próxima salida nos la podríamos.

Pasamos toda la tarde juntas, le contaba todo lo que pasó ayer, claramente me salté algunas partes.

Después de una gran salida, dejé a Fio en su casa y yo regresé a la mía.

Al llegar, me probé la ropa que compré, vi la sudadera que era para Sam y me la probé por curiosidad, me gustaba como se me veía.

Saqué mi celular, me tomé una foto y se la envié a Sam.

                        Mira lo que tengo para ti.

¿Todo eso es para mí? Que
rico.

Me reí, sabía que lo decía de broma pero sentía mis mejillas calientes.

               Hablo de la sudadera, pendeja.

A bueno.

Está buena, y la sudadera
también.

                  Mejor no te doy nada, pinche
                  vieja, adiós.
         

¿Y mis buenas noches?

                                          Buenas noches.

Buenas noches, sueña conmigo.

Que ganas de decirle que ya soñé con ella ayer, pero mejor no le digo nada, ese sueño no me dejará en paz.

Solo las dos (Rivers x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora