𝟝𝟚

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Al día siguiente me levanté con mensajes de Fiorella, al parecer Ama la había contactado para que hable de nuevo conmigo.

La última vez que conversé con Fio fue cuando estaba con Sam, ella y yo habíamos quedado en que nuestra amistad volvería a ser como antes pero no fue así, ya que después de ese día no volvimos a hablar.

Aún no abrí el chat de Fiorella porque tenía que ir a la escuela de arte.

De alguna forma el arte me hacía olvidar mis problemas, sentía que mientras dibujaba las horas pasaban más rápido.

—Hey, la maestra te está hablando.— avisó una chica en susurró.

—Disculpe, ¿podría repetir lo que dijo?— pedí.

—¿Te sientes bien, ____? ¿Quieres tomar un poco de aire?— cuestionó la maestra.

—No es necesario, ya va a ser la hora de salida.— respondí y asintió.

Efectivamente fue como dije, no pasaron demasiados minutos y ya era hora de irme.

Cuando salí revisé mi celular para poder responder los mensajes de Fio.

Hola, sé que no estás pasando por
un buen momento, mi mamá y yo
queremos verte en la panadería.

¿Puedes venir?

                 Hola Fio, claro, voy para allá.

Listo, te esperamos :)

Suspiré, me subí a un taxi y me dirigí a la panadería de los padres de Fiorella.

En el camino le escribí a Ama para avisarle donde estaría.

               Oye, no era necesario decirle a
               Fiorella que estaba mal.

Wey, necesitas desahogarte
con alguien.

              ¿Y justo con ella? ¿Si sabes que
              sintió algo por mí, no? No creo
              que es una buena idea contarle
              eso.

              Además, ya me desahogué ayer
              contigo.

No importa, ¿irás a verla?

               Sí, estoy yendo a su panadería
               si no respondo ya sabes donde
               estoy.

Cuando llegué, Fio ya estaba afuera esperándome, hoy su panadería no estaba abierta.

—Hola.— saludó.— Espero que no te haya molestado esta invitación.

—No, tranquila, ¿cómo estás?— pregunté.

—Estoy bien, pero pasa, mi mamá ya nos está esperando adentro.— comentó.

Entramos y su mamá estaba terminando de sacar algunos panes que recién había horneado.

—Buenas tardes, señora.— saludé nerviosa.

—¿Cuál señora? Puedes llamarme Lara, con confianza.— contestó y sonreí.— Ven, comamos estos panes que preparé especialmente para ti.

Por un momento pensé que tal vez la señora Lara me miraría mal por lo que pasó con Fio, pero no fue así.

Nos sentamos las tres juntas y empezamos a hablar de cualquier cosa, de lo que nos ha pasado últimamente, yo me salté una parte de lo que me ha estado pasando.

—Me alegra saber que has agarrado confianza otra vez, al inicio te notaba con miedo.— dijo la señora.

—Sí, pensaba que usted estaba molesta por algo.— respondí.

—Si es por lo que pasó con Fio no hay ningún problema, tú no te puedes obligar a sentir algo por alguien que realmente no quieres, eso se lo expliqué a mi hija.— comentó.

—No es necesario hablar de eso, mamá.— interrumpió Fio.

Decidimos cambiar de tema, me gustaba que la señora me tratara como otra hija y eso de alguna manera me hacía sentir mejor.

Las horas pasaron y ya se estaba haciendo tarde, Fio y yo decidimos salir afuera para conversar a solas.

—Sé un poco sobre lo que está pasando con Rivers.— habló.

—Disculpa, no fue necesario que Ama te escriba para decirte eso.— contesté.— Tú no deberías estar involucrada en esto.

—La verdad es que agradezco que lo haya hecho, así te ayudaba a distraerte.— comentó.— ¿Quieres hablar sobre eso?— preguntó y negué.

Nos quedamos en silencio, pero no en uno incómodo.

—¿Sabes? Yo nunca te hubiera hecho eso, si aceptabas mi propuesta te aseguro que en estos momentos estarías súper feliz y no triste.— murmuró.

—No dudo eso, eres una chica muy linda y amable, pero tú y yo sabemos que si aceptaba tu propuesta me estaría mintiendo, en especial a ti, eso era algo que yo no quería.— expliqué con toda la sinceridad.

Fio no dijo nada, solo se acercó a mí para abrazarme.

—Y te doy las gracias por haberme dicho la verdad, por no jugar con mis sentimientos.— exclamó.— Sabes que cuando necesites algo puedes contar conmigo.

—Espero que algún día encuentres a una chica que te quiera demasiado, mereces lo mejor.— dije.

Ese abrazo lo necesitábamos las dos, estuvimos así por un largo tiempo, por lo menos sabía que ahora estaba todo bien con ella.

Solo las dos (Rivers x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora