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Mientras comía en el auto, recordé que no le había dicho nada a Fio, probablemente estaría molesta o preocupada así que le envié algunos mensajes.

        Hola Fio, discúlpame por no haber
        respondido antes, tuve dificultades
        y no pude ir a buscarte.

       Te contaré lo que pasó cuando nos
       veamos, espero que sea pronto.

Sabía que no iba a responder ahora porque era muy temprano y es posible que aún siga durmiendo.

Llegamos al hospital y nos hicieron esperar varios minutos para darnos los resultados. Mis piernas no dejaban de moverse por los nervios, Samantha agarró mi mano al notar eso.

—Todo estará bien.— susurró.— Recuerda que tú eres muy fuerte y en estos meses lo has demostrado.— dijo y sonreí.

Al final, dijeron mi nombre y nos llevaron al consultorio del mismo doctor.

—Veo que están pálidos.— comentó el doctor.— Me alegra que todo salió bien, estuvo a nada de estar mal pero no fue así.

Al escuchar eso no pude evitar sonreír, era lo que necesitaba escuchar para estar tranquila.

Sinceramente el doctor me había caído muy bien, creo que ahora vendría más a este hospital que al otro.

—Muchas gracias, sobre todo por la sinceridad que tuvo ayer conmigo.— recordé.

—No hay problema, de todas formas puedes contactarte con este nutricionista.— avisó mientras me daba una tarjeta.

Volví a agradecer y mis amigos hicieron lo mismo, me sentía muy feliz que quería hacer demasiadas cosas.

Por un momento había olvidado por completo la escuela de arte, sí o sí tenía que enfocarme en eso porque podían sacarme por no asistir a las clases.

Llamé a la encargada y le expliqué los motivos de mi inasistencia, ella lo entendió pero ahora tenía que hacer unos cuantos trabajos como recompensa.

—Me alegra mucho todo lo que está pasando.— habló Ama.— Desde ahora voy a estar más pendiente de tu alimentación, no quiero que pase lo mismo, así que ya sabes wey.— amenazó.

—Ni que fueras mi mamá, pendeja.— me burlé.

—Hablando de eso, ¿no crees que ya es hora de reconciliarse?— preguntó Filis.— Si no estoy mal la última vez ella intentó eso.

—¿De qué le sirvió? Después de eso me enteré de todo lo que pasó con mi papá.— me quejé.

Todos nos quedamos en silencio y yo me puse a pensar un poco, ¿Filis tenía razón?

Agarré mi celular y busqué el chat de mi mamá, mis dedos temblaban un poco, estaba dudando si esto estaba siendo una buena idea.

         Hola, ¿tienes tiempo para venir a
         mi casa mañana en la tarde?

Envié ese mensaje y no quise revisar más el celular. Noté que llegamos a mi casa, Samantha se quedaría conmigo para conversar mientras que Filis y Ama se tenían que ir.

—Bien, ¿con qué vas a empezar?— cuestioné.— Te escucho atentamente.— dije mientras ambas nos sentábamos en el mueble.

—¿Recuerdas cuando fui a buscarte a la escuela?— preguntó y asentí.— Ese día quería contarte todo lo que había conversado con Félix, supuse que tú podías haber visto la foto que estaba circulando.— confesó.

—Sí, lo vi, sinceramente no se me hizo raro porque según yo, tú lo perdonaste.— contesté.

—¿Qué? Las cosas no pasaron así.— aseguró.— En pocas palabras yo le dejé las cosas claras, le dije que no quiero nada y que no pienso seguir teniendo comunicación con él, ya lo eliminé de todos lados.— avisó al final.

Lo que me contó me sorprendió, realmente por una parte tenía miedo y sentía que me diría que regresó con Félix, pero no fue así.

—¿Sabes que a pesar de eso no podemos estar juntas, verdad?— murmuré.— Por lo menos no por ahora.— corregí.

—Lo sé, tampoco esperaba que tú me perdonaras tan rápido y...

—Pues no es nada fácil.— interrumpí.— Simplemente creo que necesitamos estar solas un tiempo, podemos seguir siendo amigas mientras tanto. Además, tú necesitas superar todo lo que pasó para que no vuelva a suceder lo mismo.— expliqué y ella solo sonrió.

Se acercó más a mí y me abrazó fuertemente, era algo que necesitaba mucho así que me aferré a ella, por ahora todo estaba bien, nada más faltaba una respuesta de Fio y de mi mamá.

Solo las dos (Rivers x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora