Zoe y Klaus tienen un pasado del cual ambos se arrepienten, él por dejarla ir de la forma en la que lo hizo, ella por permitirse amarlo por sobre todos, incluso sobre sus propios sueños.
Él le escondió un secreto por años que teme revelar, ella le g...
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Capítulo 2
Klaus
El elegante restaurante resonaba con el murmullo de conversaciones y el tintineo de cubiertos contra la porcelana fina. Había organizado la cita con meticulosidad, eligiendo el lugar perfecto para compartir mis planes con Zoe. La tenue luz de las velas y la música suave creaban un ambiente íintimo y acogedor perfecto para nosotros.
En cuanto llegamos nos sentamos frente a frente en una mesa adornada con pequeñas flores y copas de vino relucientes, llevaba un traje impecable, pero ni con mi mejor ropa podía alcanzar la elegancia de Zoe, no podía evitar admirar a mi chica, cuya elegancia siempre destacaba incluso en un entorno tan refinado.
—Zoe —comencé— he estado pensando mucho en el futuro, en lo que quiero lograr y en las metas que me he propuesto.
Zoe asintió, intrigada por la seriedad en mi expresión.
–Estoy seguro de que has notado lo talentosa que eres en el hielo —continúe sosteniendo su mano suavemente— no llevas tanto tiempo patinando, pero tienes una habilidad natural que a decir verdad, va más allá de lo común.
Zoe sonrió, agradecida por mis palabras, ella es el tipo de chica que a pesar de su evidente habilidad tenía la tendencia de dudar de sus capacidades, aún si el mundo entero se las reconocía.
—Es algo que realmente disfruto, aunque al principio no estaba segura de si iba a resultar.
–Eso es precisamente lo que quiero discutir contigo —digo sin soltara— creo que deberías tomarte más en serio el patinaje, Zoé creo que podrías llegar muy lejos.
Zoe me miró, sorprendida pero emocionada por mis palabras.
—¿En serio crees eso? —respondió con la misma cantidad de emoción que de duda.
—Absolutamente —respondí— he visto muchos talentos en mi carrera, y estoy seguro de que tienes lo necesario para destacar. No subestimes tú habilidad en el hielo, Copito.
Su expresión cambió, mostrando gratitud pero aún con un rastro de incertidumbre. Entonces, inesperadamente, cambió la dirección de la conversación.
—¿Y tú, Klaus? ¿Qué planes tienes para tu futuro?
Tomé un respiro antes de responder, sintiendo la necesidad de ser completamente honesto con ella.
—Bueno, he estado pensando en jugar de forma profesional —confesé, observando sus reacciones—. Es un sueño que llevo tengo niño, pero la verdad es que no estoy seguro de poder lograrlo.
Zoe asintió, mostrando comprensión.
—Debe ser una decisión difícil.
—Es complicado, Zoe, pero en este momento, lo único que quiero es estar contigo.
