Capitulo 10

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Capítulo 10

Zoe 

De todos los escenarios posibles que alguna vez imaginé para reencontrarme con Klaus jamás creí que el que se iba a hacer realidad sería el que me hiciera volver a correr lejos.

Lo que jamás pasó por mi cabeza es que mi hermana iba a estar involucrada, ¿a esa mocosa nunca se le ocurrió avisar?

Sé que es injusto culparla cuando yo misma evadía toda plática relacionada con Klaus pero, joder, no puede ser cierto.

Bajo de la camioneta y entro al departamento al que me mudé en la ciudad.

–¿Llegaste bombón? -oigo la voz de Antoni a lo lejos- ¿trajiste a mi futura esposa?

Sale de la cocina con unas flores y una sonrisa que llena su rostro pero al verme esa sonrisa se convierte en confusión.

–No traje a Val.

–Ya veo, tienes cara de haber visto un fantasma –dice mientras se acerca hasta mí y ríe– o peor, a tu ex.

Mi rostro sigue serio y ahí es cuando Antoni se da cuenta de la realidad de sus palabras.

–Me estás jodiendo –me toma de las manos y me lleva al sillón con las cajas sin desempacar.

–Ojalá, ojalá fuera una mala y estúpida broma.

Me cubro el rostro con las manos llena de frustración, mi amigo me pasa un cojín en el que grito con todas mis fuerzas, dejo salir la frustración que tengo dentro, permanezco con el rostro pegado a aquel cojín por no se cuanto tiempo hasta que suena el timbre.

Mi amigo se levanta y deja las flores en el camino, escucho como camina hasta la entrada y abre la puerta.

–¿Dónde está mi hermana? –escucho la voz de Val.

–Está adentro pero no creo que– dice mi amigo pero es interrumpido por la prisa de mi hermanita– o entra, eres bienvenida a nuestro humilde hogar.

–¡Me puedes explicar ¿por qué te fuiste así?! –llega frente a mí y me quita el cojín para lanzarlo por el aire.

–No puedes venir a gritarme a mi departamento enana –digo levantándome del sillón– yo no fui la que le guardó un secreto así a la otra.

–Te recuerdo que no me dejabas hablar de él –habla al mismo tono que yo– me colgabas y rechazabas mis llamadas después de que me atrevía a mencionarlo, Zoe.

–Porque me dolía –salgo frustrada de la sala para dirigirme a la cocina intentando escapar inútilmente de la mocosa gritona que tengo por hermana.

–¿Crees que a mi no me dolió saber que mi hermana y mi mejor amigo tenían el corazón roto por una estupidez?

Me doy vuelta para darle la cara, es verdad que siempre se llevaron bien pero jamás creí que llegaran a ese punto.

Amor Sobre HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora