Zoe y Klaus tienen un pasado del cual ambos se arrepienten, él por dejarla ir de la forma en la que lo hizo, ella por permitirse amarlo por sobre todos, incluso sobre sus propios sueños.
Él le escondió un secreto por años que teme revelar, ella le g...
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Capítulo 5
Klaus
Pasaron un par de semanas desde la charla con mi madre y debía admitir la indiferencia que había creado junto a Zoe, poco a poco me estaba alejando para que el golpe no doliera tanto cuando...
Ni siquiera puedo pensar en la posibilidad de dejarla, hablé con Malcom y llegué a la conclusión de que antes de terminar con todo esto podríamos tener un último momento de felicidad juntos.
Decidido a darnos un último adiós memorable, organice con Malcom y el equipo una cena en el restaurante de nuestra primera cita.
–Es poéticamente doloroso que termines las cosas donde las empezaste– dijo Malcom en cuanto le conté mi idea.
–No se me ocurre un mejor lugar –suspiro resignado a romperle el corazón a la persona que amo.
La semana antes de la cita con Zoe le pedí a Val que la ayudara a encontrar un atuendo bonito para la cena, no le di detalles de lo que planeaba pero le dije que era extra especial.
Finalmente llegó el día, pasé por Zoe y en cuanto llamé a su puerta el que abrió fue su padre tomándome desprevenido cuando mira la forma en la que iba vestido.
–Muchacho –dice mirando con detenimiento mi ropa –espero que seas consciente de que el tiempo se está agotando.
–Lo sé señor –me limito a responder.
–El vuelo de mi hija sale mañana por la tarde y no veo que esté dispuesta a irse.
–¿Mañana? —Me había dicho que tenía que irse en las primeras semanas de enero pero jamás me dio una fecha exacta.
–Mañana y más te vale no regresar esta noche con ella o tomaré medidas al respecto.
No puedo responder ya que Zoe sale acompañada de Val, mi novia me da un beso en la mejilla y su hermanita me hace una señal para indicarme que luzco igual de bien que ella.
–Mañana es un día importante –aparece Serena atrás de su esposo– los quiero aquí temprano.
–Zoe estará en casa antes de las once –aseguro viendo a su padre, notificándole en silencio la hora a la que deberá buscar a su hija.
Nos alejamos de su casa y Zoe me cuenta sobre sus entrenamientos y lo emocionada que está por los comentarios de sus maestros, mi cabeza no deja de dar vueltas por lo que está por pasar.
La cena y absolutamente toda la noche que había planeado para nosotros se fue al demonio en el momento en el que hablé con su padre en la entrada de su casa.
Bajamos al restaurante y comienzan a sonar un par de canciones que se ama bailar pero le da demasiada pena hacerlo, dejo de lado todas las inseguridades y miedos que siento justo ahora y me preparo para darle una última gran noche juntos a Zoe.
