Capítulo 24.

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George.

Las estrellas brillan, la luna alumbra más de lo normal debajo de nosotros, acostados los dos mirando cielo sin decir ninguna palabra, entrelazando nuestros dedos mientras nuestro hijo duerme a mi costado después de estar jugando por todo el pequeño bosque.

Cuando regresamos a la univerisadad después de la famosa cena, nos escapamos de Lukas y Allison, y directamente vinimos a nuestro lugar. Ni siquiera sé cuánto llevamos aquí, no importa, cuando estoy con ella puede pasar una vida eterna y seguiré ahí a su lado, esperando que nunca termine.

Ella es todo para mí, siempre fue así, ella y yo.

¿Qué dirán los chicos cuando se enteren?

¿Qué dirá César?

Que piensen lo que quieran, no me importa. Nada más que ella me importa.

La miro de reojo, tiene la mirada perdida en el cielo, es como si estuviera pensando en algo que le atormenta.

—¿Qué pasa? —pregunto tocando uno de sus mechones azules.

Ella pestañea varias veces y suelta un suspiro.

—Nada, estoy bien.

Miente.

Sé que miente.

—¿Estoy molesto contigo? —digo serio.

Ella me mira confundida.

—¿De qué hablas?

—No te estás alimentando bien, me he dado cuenta hace días y hoy lo comprobé.

Suspira y vuelve a mirar al cielo.

—Te dije que ya había comido.

Bufo y me giro a su lado, agarro su mentón y hago que me vea.

—Me sigues mintiendo.

—¿Por qué sigues con eso? ¡te estoy diciendo que sí!

—Porque te conozco y se cuándo mientes.

Sus ojos brillan, al verme.

—No me conoces, crees que sí, pero no lo haces.

Atraigo su cuerpo y la aprieto a mi pecho, puedo sentir como aprieta más cuerpo al mío, es como si no quisiera que me vaya, jamás haría eso, jamás me podría ir de su lado.

Sé que algo me oculta, sé que tiene algo, lo que me molesta es no saber que es.

Sobo su cabellera despacio y beso su frente.

—No sabes cuanto te quiero Jane—susurro—. No tienes idea de lo grande que son mis sentimientos.

Su cuerpo tiembla y se aferra más a mí. Ella alza la mirada y me mira, sus ojos están cristalizados, y siento como mi pecho se oprime a verla así.

—George...—susurra.

—¿Qué pasa mi Jane? ¿Qué tienes amor?

Ella solo niega y se acerca a besarme, un beso con sentimientos, saboreo cada parte de su boca, la sostengo más fuerte sin dejarle salida, ella pasa sus brazos detrás de mi nuca entrelazando sus dedos, se aleja un poco y me mira. Su mirada brillosa con pupilas dilatadas me vuelve loco.

Vuelve a esconder su cara en mi pecho, y siento como se humedece por sus lágrimas, aprieto mis ojos con fuerzas, mientras sobo su cabello hasta llegar a su espalda. Algo le atormenta, algo la mantiene en este estado, me duele, me duele verla así, me duele que no confía en mí.

...

—No entiendo que haces aquí—cruzo mis brazos al ver a Rick mirándome serio, con una camisa amarilla con el sello de autolavado en el centro, la misma camisa que tiene Lukas y yo.

Luz En La Oscuridad [✓] Libro#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora