Capítulo 26.

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George.

Tres días.

Tres malditos días.

Creo que a Susan ya se le ha hecho costumbre que cuando está enojada me evita por tres días, decidí dejar que se le pase el enojo, y respetar sus tres días, aunque me consto demasiado. Solo quiero pensar que se enojó por algo insignificante y yo poder solucionarlo y poder seguir como antes. No soportaría estar otro día sin ella, tal vez dependo demasiado emocionalmente por ella, puede que sea malo, pero así soy, y nadie va a cambiarme, y mucho menos cambiar lo que siento por ella. Por mi Jane.

—De nuevo ¿no? —pregunta Lukas a mí constado, asiento—. Lo suponía, llevas con cara de culo por tres días.

—No estoy de humor—respondo seco—. Quiero que termine las clases, es una tortura.

—Pues te tocara esperar querido amigo, porque lamentablemente hoy tenemos un día muy pesado.

Toco mi frente y cierro mis ojos frustrado.

—¿Crees que sea algo malo? —pregunta a mi costado.

—Espero que no, creo que no he hecho nada malo, pero no sé, tal vez si y no tengo la menor idea de que—hablo con desesperación.

—No te pongas así amigo, no imagines algo que no ha pasado, solo de nuevo debes de hablar con ella.

—Le di tres días de reposo para que se calme la fiera, espero que con eso sea suficiente—trato de bromear sin ánimo.

—Bien, saquen una hoja—habla la doctora mirándonos seria—. Voy hacer un examen sorpresa.

Bufo.

Mierda.

Mal día.

...

Recuesto mi cabeza en la mesa cansado.

—¿Cómo crees que saliste en el examen? —pregunta Lukas tirándose a mi contado con una cara de asustado—. Yo creo que salí mal, me voy a morir.

—No sé, solo respondí lo que me acordaba—respondo normal.

—¿Cuántas respondiste?

—La mayoría.

—¡Vaya George! que humilde—me golpe el hombro.

Hago una mueca sin importancia.

En verdad, no estoy de humor.

—Faltan una hora para la siguiente clase—hago una mueca al ver el reloj de mi muñeca.

—¡La mía en 5, ya va a empezar! —dice agarrando sus cosas apresurado—. ¡Voy tarde! ¡Nos vemos amigo! —se va corriendo.

Hago un gesto al verlo ir, algunas clases no las tenemos en el mismo horario.

Por mi fuera ahora mismo fuera hablar con mi Jane, pero una hora no es suficiente, quiero hablar bien con ella, quiero escucharla, quiero ver sus ojos de nuevo, sus ojos que ahora brillan, quiero sentirla.

—Mierda—exclamo revolviendo mi cara con mis manos bruscamente.

—Te veo acabado—escucho la espantosa voz de Rick.

Chasqueo mi lengua y lo fulmino.

—¿Qué quieres? —pregunto serio.

—Tranquilo, yo solo vine en son de paz—alza las manos.

—No estoy de humor, no fastidies.

—No vine a eso, solo—resopla—. No encuentro a Simone así que—alza los hombros y se sienta al frete mío—. Me dijo que lo espere aquí.

Luz En La Oscuridad [✓] Libro#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora