𝐌𝐋 | Levantó ligeramente su mentón y sus ojos se encontraron con los míos con determinación. Tomé una nota poco profesional sobre cómo el color azul cristalino brillaba a la luz, casi como el sol que brilla en el océano danzante. A pesar de ser un...
N/A: Este capítulo será más corto de lo normal porque el próximo es el del escape y será largo, por lo que no quise incluirlo con ese capítulo. Así que básicamente este es un pequeño relleno.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Entré en el ascensor y afortunadamente, no estaba sola. —¿Te importaría escanear tu tarjeta por mí y presionar el quinto piso?— le pregunté a la enfermera que subía al tercer piso. —Olvidé mi tarjeta en mi oficina y realmente no quiero caminar todo el camino de regreso— sonreí tímidamente.
Ella asintió con una dulce sonrisa. —Por supuesto— pasó su tarjeta y presionó el botón del quinto piso para mí. —¿Sabes que tendrás que escanear para volver a bajar, ¿verdad?— preguntó con el ceño fruncido cuando las puertas del ascensor se cerraron.
—Se la pediré a alguno de los guardias de seguridad— me encogí de hombros, riendo con inocencia. —Solo necesito verificar a un paciente por un momento.
Ella pareció creer todo lo que dije y no me hizo más preguntas en el corto trayecto hasta el tercer piso. Tuvimos una pequeña charla sobre el largo día que habíamos tenido ambas, pero nada que valga la pena mencionar. —Que tengas una buena noche— se despidió con un gesto al salir del ascensor.
—Igualmente— asentí cortésmente.
Las puertas se cerraron y observé impaciente cómo los números digitales iban subiendo, hasta llegar a mi esperado destino. Me he vuelto increíblemente apegada a Anakin, así que pasar un día sin él como lo hice hoy, me puso ansiosa, como si cada uno de mis sentidos lo anhelara de alguna manera. Su dulce aroma, su suave tacto, su voz sedosa, el sabor de sus labios y la imagen de sus rasgos angelicales.
Me he enamorado de él más profundamente de lo que lo he hecho nunca de nadie y me estaba consumiendo, ocupando cada uno de mis pensamientos.
Las puertas se abrieron y me deslicé entre ellas antes de que pudieran abrirse por completo, sacando la tarjeta que si había traído conmigo. Llegué a la celda de Anakin y para mi sorpresa, Rex seguía aquí.
Fruncí el ceño mientras me acercaba a él. —¿Qué haces aquí todavía?
—Turno nocturno— respondió sin rodeos con una sonrisa burlona, mientras escaneaba su propia tarjeta para permitirme entrar en la habitación.
—Gracias— asentí con la cabeza al entrar y él cerró rápidamente la puerta detrás de mí antes de que pasara algún otro guardia.
Inmediatamente me empujaron contra la pared y no pude evitar soltar una risita de emoción cuando mis ojos se encontraron con los de Anakin. —Hola, cariño— susurró con una sonrisa que le devolví mientras bajaba su rostro y presionaba sus labios contra los míos. Sus manos subieron lentamente y las envolvió alrededor de mi cuello con suavidad.
Las mariposas en mi estómago bailaron mientras un intenso cosquilleo recorría mi cuerpo, su beso me debilitaba las rodillas.
