𝐌𝐋 | Levantó ligeramente su mentón y sus ojos se encontraron con los míos con determinación. Tomé una nota poco profesional sobre cómo el color azul cristalino brillaba a la luz, casi como el sol que brilla en el océano danzante. A pesar de ser un...
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—Más cerca.
—Solo lo hice para que te sintieras más segura, ¿te sientes más segura, verdad?
Seguía reproduciendo en mi mente los eventos que ocurrieron hace unos dos días. No he visto a Anakin desde esa sesión porque me dieron el fin de semana libre, pero él no ha salido de mis pensamientos ni una sola vez.
Y no de una manera profesional tampoco...
No paraba de pensar en sus suaves labios rozando mi cuello y mi oreja, en cómo hizo que mi piel se encendiera con una llama desconocida. O en la forma en que su aliento frío enviaba un involuntario escalofrío por mi cuerpo; haciéndome sentir como si me sumergieran en agua helada. Y no olvidemos cómo su voz suave y dulce me hacía arrodillarme ante cada una de sus palabras.
Hizo que mi cuerpo hiciera cosas que nunca había experimentado antes y todo con las acciones más simples.
Estaba completamente hechizada en esos minutos que se sintieron como horas. Un hechizo peligroso al que jamás puedo permitirme caer de nuevo. Estoy segura de que es algo que le ha hecho a muchas mujeres, utiliza ese encanto perfecto que tiene para conseguir lo que quiere.
Sea lo que sea, ya sea para algo sexual, para convencerlas de que sigan sus órdenes o simplemente para su propio entretenimiento, ya que estoy segura de que sabe exactamente cómo afecta a las mujeres. Y no hay duda en mi mente de que disfruta viéndolas caer de rodillas, solo para apartarlas después de obtener lo que quiere.
Yo no lo haré. Conozco el juego que está jugando y me niego a caer en el. Soy su psiquiatra, estoy aquí para tratarlo y comprender mejor su condición; eso es todo.
También prometí mantener ese secreto suyo, solo porque él salvó mi vida de Mace. Eso y porque tenía miedo de lo que pasaría si descubrían que lo hizo. Anakin pende de un hilo muy delgado y sé que el estado está ansioso por condenarlo a muerte, lo cual me niego a permitir que suceda. Después de todo, mi trabajo es ayudarlo y enviarlo a su muerte sería todo lo contrario.
(ADVERTENCIA: Contenido sexual no detallado, así que debería ser seguro de leer. Más o menos sabes lo que está pasando, pero una vez más; nada está detallado).
Suspiré con fuerza al cerrar los ojos, hasta que los abrí de golpe cuando recordé lo que estaba haciendo —¿Se siente bien, nena?— Jackson preguntó en un gemido mientras se movía torpemente sobre mí.
No, olvidé incluso que estabas aquí.
—Sí, genial—, respondí con poco o ningún entusiasmo en mi voz. No es que él lo notara, ya que su atención durante este acto está completamente reservada para él mismo. Solo me hace preguntas por cortesía, pero casi nunca escucha la respuesta.
—¡Estoy cerca, nena!— gritó junto a mi oído y me estremecí ante el sonido fuerte, así como la incómoda sensación de su aliento caliente y rancio contra mi cuello.
