𝐌𝐋 | Levantó ligeramente su mentón y sus ojos se encontraron con los míos con determinación. Tomé una nota poco profesional sobre cómo el color azul cristalino brillaba a la luz, casi como el sol que brilla en el océano danzante. A pesar de ser un...
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No puedo creer que esté haciendo esto de nuevo.
Golpeé nerviosamente el suelo metálico del ascensor con el pie mientras observaba los números digitales rojos en la parte superior, que subían con cada nivel que pasaba. Hasta que finalmente llegó a mi destino: el quinto piso.
El ascensor sonó y las puertas se abrieron lentamente, revelando un pasillo oscuro y silencioso. Asomé la cabeza despreocupadamente y miré por cada extremo del pasillo en busca del guardia, pero no estaba a la vista. Ni siquiera escuché el sonido de sus llaves tintineando como la última vez. Estaba absolutamente en silencio, con el ocasional chillido agudo de un paciente desquiciado. Nada nuevo.
Suspiré profundamente mientras salía del ascensor, con mi tarjeta de acceso en la mano, y me dirigía a su celda. Estaba enojada conmigo misma por subir aquí de nuevo. Me había prometido que nunca lo haría otra vez, pero por supuesto que él encontraría una manera de tomar algo más que me pertenece.
Se está volviendo más difícil y tampoco en un sentido psicológico. He estado aprendiendo bastante sobre él, ha sido extremadamente cooperativo conmigo.
Incluso el doctor Kenobi está sorprendido por su repentina obediencia. Dijo que Anakin usualmente se bloquea durante las sesiones y casi nunca hablaba más de unas pocas palabras; y esas palabras generalmente eran solo amenazas de muerte. Además de esa única vez que le contó a su psiquiatra anterior su teoría sobre cómo el cerebro es como el océano, lo cual me pareció interesante.
Pero no, esa no es la parte difícil.
La parte difícil es el hecho de que está tratando de jugar conmigo. Es coqueto, agonizantemente encantador, sigue robando artículos importantes, sus ojos azules son amenazadoramente encantadores y por último, lo peor de todo, es bastante... tentador.
Es un hombre hermoso, ¿puede alguien culparme por pensar así? Después de todo, sigo siendo una mujer.
De todos modos, me está resultando difícil mantenerme concentrada en el trabajo. Pero, aún estoy logrando apartar mis pensamientos femeninos y resistir a su encanto psicópata; especialmente porque sé que todo esto es solo un divertido juego para él.
Llegué a su celda y miré a través de la pequeña ventana para verlo sin camisa, acostado en su cama y con un brazo sobre los ojos.
Aparté la mirada de la vista molestamente atractiva y miré por el pasillo para verificar al guardia. Todavía estaba en silencio y no se le veía por ningún lado, así que tomé esta como mi oportunidad para conseguir lo que vine a buscar y marcharme rápidamente.
Sin miedo, pasé mi tarjeta para que la puerta se desbloqueara y la abrí. Él suspiró sin quitarse el brazo de los ojos —Ni siquiera te molestaste en tocar esta vez—, escupió con fastidio: —Solo aléjate de mí.
Fruncí el ceño mientras cruzaba los brazos, manteniendo mi distancia y permaneciendo en la entrada. —No hasta que me devuelvas la libreta, Anakin.
—Oh— sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa, antes de quitar el brazo y encontrarse con mi mirada molesta. —Lo siento hermosa, no me di cuenta de que eras tú.
