𝐌𝐋 | Levantó ligeramente su mentón y sus ojos se encontraron con los míos con determinación. Tomé una nota poco profesional sobre cómo el color azul cristalino brillaba a la luz, casi como el sol que brilla en el océano danzante. A pesar de ser un...
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POV Anakin
Me deslicé en el asiento trasero del coche de Piett y agarré suavemente la cabeza de (t/n) para poder colocarla en mi regazo mientras lo hacía. —¿Simplemente vamos a dejar a esa mujer y a su hijo ahí fuera?— cuestionó Piett mientras se subía al asiento del conductor y cerraba suavemente la puerta. No era una pregunta de preocupación, sino simplemente de curiosidad.
Me encogí de hombros e inspeccioné la mandíbula magullada de (t/n) mientras hablaba, girando suavemente su cabeza de un lado a otro para asegurarme de que no tuviera ningún daño grave. —Sí, solo es una caminata de una hora hasta la carretera principal. Solo esperemos por su bien que los coyotes no estén activos ni hambrientos esta noche— sonreí burlonamente mientras mantenía mis ojos en la mujer que tenía entre mis brazos. Acto seguido agarré el dobladillo de su camisa y la levanté con cuidado, notando los moretones de color púrpura oscuro que cubrían su estómago, lo que hizo que mi sangre hirviera.
Piett resopló mientras encendía su coche y el ruidoso motor amortiguaba los sonidos de los gritos de la mujer desde fuera. Lo último que vi de ella fue que sostenía a su difunto esposo en brazos. Puede sonar monstruoso decir que me siento mal, pero realmente no lo hago, no después de todo lo que él me hizo. Me niego a sentir empatía por ese hombre. Seguro que él no habría sentido ninguna si me hubiera matado a mí, o incluso a la inocente chica que tenía en mis brazos, la cual seguramente estuvo a segundos de morir.
Y sí, a pesar de su claro acto de violencia y asesinato, sigo considerándola inocente. Hizo lo que se vio obligada a hacer, mató a su maltratador y a quienes le hicieron daño para sentirse libre, que es algo que puedo entender de primera mano.
Ni siquiera tenía que estar allí para saber que la habían provocado. Ella no es del tipo de persona que se dedica a asesinar gente sin motivo, estos moretones probablemente se los hizo Jackson esa misma noche. Sólo desearía haber estado cerca para evitar que todo esto sucediera, o incluso haber tomado cartas en el asunto y haberlo matado yo mismo para que ella no tuviera que pasar por sus abusos, aunque la sola idea de ella matándolo me excitaba.
—Siento mucho haberme ido, pero te prometo que nunca volveré a dejarte— susurré recorriendo con mis dedos los moretones de su estómago mientras ella dormía tranquilamente con una respiración lenta.
Finalmente aparté mis ojos de ella y levanté la vista para encontrarme con la mirada de Piett a través del espejo retrovisor tras sentir su mirada fija sobre mí. —Todo este lío por esa chica. Realmente estás enamorado de ella, ¿verdad?—preguntó, aunque por la mirada que me lanzó me di cuenta de que ya sabía la respuesta, solo quería oírme a decirlo en voz alta. Como si el hecho de que yo sintiera algo tan puro como el amor estuviera destinado a ser observado como una rareza.
Ladeé la cabeza mientras sonreía. —¿Cuánto hace que te conozco, Piett?
Frunció el ceño confundido ante mi repentina pregunta, pero la respondió de todos modos. —Once años, casi doce.
