𝐌𝐋 | Levantó ligeramente su mentón y sus ojos se encontraron con los míos con determinación. Tomé una nota poco profesional sobre cómo el color azul cristalino brillaba a la luz, casi como el sol que brilla en el océano danzante. A pesar de ser un...
N/A: El principio es un poco picante y he añadido la advertencia de smut cuando se pone más intenso. También habrá un poco de contenido fluff después de la smut para mis lectores no smut ❤️
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(T/N) POV
Anakin sonrió satisfecho cuando dejé el vaso de hielo que me había pedido encima de su escritorio. Luego procedió a agarrarme por las caderas y a subirme encima del escritorio contiguo, no sin antes tirar todo lo demás fuera de él. —Siento haber convertido tu cumpleaños en un asunto de negocios, cariño— me besó cariñosamente en la mejilla, haciéndome sonrojar como siempre.
—No importa, Ani— le aseguré.
Lo único que quería era pasar tiempo con él, eso es todo y eso es exactamente lo que hemos estado haciendo. Así que estoy bastante contenta con el día de hoy.
—Pero a mí sí me importa— se apartó un poco y me acarició la mejilla con el nudillo mientras sus ojos azules se clavaban amorosamente en los míos. —Quería que fuera el día perfecto para ti— retiró su mano y le oí rebuscar en el vaso de hielo. Entonces sentí el frío contacto presionando mi cuello, poniéndome la piel de gallina. —No te mereces nada menos que la perfección, mi amor— habló en voz baja mientras me pasaba el cubito lentamente por el cuello; provocándome cerrar los ojos mientras disfrutaba de la nueva sensación.
SMUT
—Eres la mujer más hermosa que he visto nunca, ¿lo sabías?— me elogió antes de presionar sus cálidos labios contra la parte fría y húmeda de mi piel. El repentino cambio de temperatura me puso la piel de gallina, haciéndome estremecer.
Gemí involuntariamente y pasé mis manos por su cabello mientras él continuaba succionando suavemente mi cuello. Su mano que no sostenía el hielo me apretó el muslo. —Anakin— suspiré, rodeando su cintura con las piernas para acercar su cuerpo al mío.
Mientras seguía besándome, sentí que empezaba a quitarme el vestido lentamente. Empezó por los tirantes mientras me subía suavemente las manos por el pecho hasta llegar bajo la fina tela, bajándola lentamente por los brazos. Luego tiró de la tela que me cubría el pecho para dejar al descubierto la parte superior de mi cuerpo desnudo.
—Me la pones muy dura, nena— empujó su erección entre mis piernas, rozándome el clítoris cubierto por la ropa interior y haciéndonos gemir suavemente al oído del otro.
Se apartó para poder mirarme a los ojos mientras volvía a subir el hielo y empezaba a moverlo lentamente por mi pecho. Se lamió los labios antes de sonreír con satisfacción al ver cómo las gotas derretidas se deslizaban por mis pechos y mi vientre.
Luego acercó el cubito medio derretido a mi pezón y empezó a rodearlo, endureciéndolo. Tiró el cubo a un lado cuando estuvo satisfecho y acercó sus labios a mis pezones, chupándolos y apretando su dura polla contra mi clítoris.