𝐌𝐋 | Levantó ligeramente su mentón y sus ojos se encontraron con los míos con determinación. Tomé una nota poco profesional sobre cómo el color azul cristalino brillaba a la luz, casi como el sol que brilla en el océano danzante. A pesar de ser un...
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Mientras esperaba mi destino, miraba la mesa y cantaba canciones en voz baja para pasar el tiempo. Las restricciones apretadas en mis muñecas y tobillos me hacían sentir incómoda, por lo que me movía constantemente en mi asiento, molestando a los que me rodeaban. No es que me importara.
Entonces la puerta lateral se abrió y salió el hombre que ostentaba poder, tomando asiento en la silla alta. Le guiñé un ojo con una risita baja cuando mis ojos se cruzaron con su mirada sentenciosa. —Señorita (T/A), el tribunal ha dictaminado que usted no está mentalmente capacitada para someterse a un juicio normal y en su lugar, será recluida en la institución para criminales dementes de Coruscant por un cargo de asesinato en segundo grado y dos cargos de asesinato en primer grado. Será colocada en el nivel rojo. —¿Tiene algo que quiera decir?
Asentí mientras me levantaba con una sonrisa. —¿Tienen lasaña?
Negó con la cabeza con un suspiro mientras golpeaba su mazo; sellando mi destino.
Hace 72 horas
(ADVERTENCIA: Violencia domestica, abuso sexual en los siguientes párrafos con violencia leve; fue difícil escribirlo. Pero no se preocupen, todo sale bien para t/n... de cierto modo jaja.)
Retrocedí contra el fregadero mientras el miedo se apoderaba de mi cuerpo. Jackson se abalanzó sobre mí mientras me apretaba dolorosamente la mandíbula. —Una semana, una maldita semana estuve despierto y nunca viniste a verme, ¡Ni una sola vez!— gruñó mientras me apretaba con más fuerza. —Dije que lamentaba lo del engaño y ¿sabes lo que les decimos a aquellos que se disculpan? Les decimos 'te perdono'.
—Pero no lo hago— gemí con coraje zafándome de su doloroso agarre. —Ya no quiero estar contigo, Jackson.
Se rió entre dientes negando con la cabeza. —Pero no puedes dejarme (t/n). Me enteré de que ya no tienes trabajo, así que no puedes permitirte estar sola. Esta casa está a mi nombre, ese coche está a mi nombre y sin mencionar que nos mudamos al otro lado de América para que siguieras tu sueño de trabajar en ese asqueroso lugar. Así que cariño, ni siquiera tienes a tu familia aquí para ayudarte. Estás atrapada conmigo— acercó su rostro y apretó sus labios contra los míos con agresividad. Recuerdo cuando solía disfrutar de un acto como este de su parte, pero ahora lo único que quería era que me apartara sus asquerosos labios de encima.
Se me llenaron los ojos de lágrimas mientras lo agarraba de la muñeca para intentar zafarme de su agarre y alejarme de su indeseado acercamiento. —¡Suéltame!— conseguí apartar los labios y sentí que me subía la bilis a la garganta al pensar en lo que intentaba hacer contra mi voluntad.
Me agarró con rabia de las muñecas y las golpeó contra la encimera detrás de mí. —Han sido unas semanas muy largas nena, estuve en el hospital después de que me dispararan y casi me muero. Creo que tu querido prometido se merece algo— acercó sus labios a mi cuello y empezó a chupar dolorosamente mi piel.
