𝐌𝐋 | Levantó ligeramente su mentón y sus ojos se encontraron con los míos con determinación. Tomé una nota poco profesional sobre cómo el color azul cristalino brillaba a la luz, casi como el sol que brilla en el océano danzante. A pesar de ser un...
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POV Anakin
Con los ojos pegados al techo, exhalé un largo suspiro mientras mi mente me torturaba trayendo imágenes y recuerdos que me impedían dormir pacíficamente junto a mi pareja.
Giré lentamente la cabeza para mirarla; estaba frente a mí con el brazo debajo de su almohada de seda y tenía los ojos felizmente cerrados mientras roncaba ligeramente.
No quería perturbar su paz, pero no pude evitar levantar mi mano y acariciar ligeramente su mejilla con las yemas de mis dedos. Ella exhaló suavemente ante mi contacto, pero sus ojos no se abrieron y permaneció en su profundo sueño.
No es ningún secreto que estoy loco por ella.
Me llevó mucho tiempo asimilar y aceptar estos sentimientos que se abrieron camino en mi corazón. Pero ahora los entiendo y los acepto; estaba profundamente enamorado de ella. Ella me hace sentir cosas que nunca pensé que fueran posibles, y apenas puedo imaginar una vida sin ella.
Una mujer que estaba destinada a ser un peón, parte de un elaborado juego; ahora se ha convertido en una de mis mayores debilidades.
Pero a pesar de tener al amor de mi vida solo para mí, sana y segura. Aún no era todo lo feliz que podía ser.
Y no tiene nada que ver con ella, todo con ella es perfecto. Pero sí tiene que ver con la razón por la que ahora no puedo dormir en este momento.
Hay una persona faltante en mi vida; una persona en la que pienso demasiado a menudo. Incluso en el manicomio pensaba en ellos casi todos los días; son personas que ocupan un lugar muy querido en mi frío corazón.
Suspiré mientras retiraba mi mano y me quitaba la manta de encima para salir de la cama. Me aseguré de que mis movimientos no despertaran a (t/n), ya que se pone de muy mal humor si le interrumpen el sueño. Afortunadamente, aún parecía noqueada. Tuvimos una noche un poco agitada después de llegar a casa, así que no es de extrañar que su cuerpo esté agotado más allá de mi capacidad para despertarla.
Intenté ser lo más silencioso posible mientras me alejaba de la cama en dirección a la salida. Abrí lentamente la puerta del dormitorio y me estremecí cuando las bisagras crujieron lo bastante fuerte como para que toda la maldita casa las oyera.
La miré una vez más, sólo para verla cambiar de posición y acostarse sobre su otro lado. Esperé pacientemente a oír de nuevo sus ligeros ronquidos antes de salir y cerrar suavemente la puerta detrás de mí.
Caminé por el pasillo mientras metía mi mano en el bolsillo de mi pijama y sacaba el celular que había tomado de la mesa de luz antes de salir.
Me desplacé por los contactos hasta encontrar el que buscaba y pulsé el botón de llamar antes de acercármelo nerviosamente a la oreja. Esperé con ansia una respuesta y cuando por fin la obtuve, casi me llevó al borde de las lágrimas.
