Cap. 20

679 47 28
                                    

By Tom.

¿Cómo podía callarme una noticia así?... ¿Cómo podía guardarla... Si lo que yo quería era gritarselo a todo el mundo?...
Si alguien me hubiera preguntado hace un año atrás si me gustaría ser Padre, me hubiera reído en su cara...
Pero ahora sentía que era lo más maravilloso que podía pasarme en la vida... Ser Padre, de un pequeño bebé con mi rostro, parecido a mí, eso era algo que me volaba la cabeza...

Anna estaba dormida a mi lado, dormía profundamente y podía oírle un pequeño casi inaudible ronquido de descanso profundo, era tan placentero verla así de tranquila, se veía tan frágil, tan inocente, tan bella...

Después de haber hablado con Bill, Anna se quedó evidentemente más tranquila con todo lo que Bill nos dijo, prometió llamarnos todas las noches y que en pocas semanas regresaría a Alemania, según él, mamá tenía pendiente el último evento en su salón de exposiciones y habiendo firmado su último negocio millonario él regresaría de inmediato.
Nos contó cosas que la verdad nos descolocaron bastante, Charlotte había tomado una actitud desagradable con él, y aunque Bill no me lo dijo obviamente para no dañar a Anna, sé qué mamá le está insistiendo qué se quede en Japón con ella para siempre.

No le contamos lo del bebé en camino, aunque yo me moría de ganas de decírselo, pero Anna dijo que era mejor esperar y contárselo en persona cuando él volviera, que era una noticia demasiado delicada como para contársela así nada más, y que Bill podía desesperarse y no quería preocuparlo.

Por ahora la noticia era solo mía, solo yo podía disfrutar de aquella sorpresa y no podía estar tranquilo, era como si todo se centrara en ello, todo cambiaría para nosotros, Anna tenía que estar bien, tenía que alimentarse saludable, estar cómoda, tranquila, sin estresarse, en paz... Y para eso, Bill tenía que regresar cuanto antes...
Miraba el techo de nuestra habitación y con los ojos bien abiertos era incapaz de conciliar el sueño, no quería moverme ni medio centímetro para no despertar a Anna y entorpecer su profundo descanso... Pero estaba tan inquieto que necesitaba fumar un cigarrillo y calmarme porque tenía un remolino en el estómago...
Comencé a moverme muy despacio, saqué el primer pie fuera de la cama y me deslice suavemente hasta que logre salir por completo... Anna hizo un leve ruido perezoso con su boca y me quedé estático sin moverme y sin respirar, si la despertaba me sentiría fatal, la había visto tantas noches en vela y ahora que ella podía descansar yo no la dejaba por sentirme inquieto y ansioso...

Cuando me di cuenta que Anna seguía profundamente dormida me puse de pie y caminé sigilosamente para salir de la habitación...
Caminé por el pasillo de la casa mirandolo todo a mi alrededor, teníamos sin duda una casa muy amplia donde perfectamente podríamos llenar de muchos hijos si queríamos... Anna tenía que venirse a vivir de manera definitiva a nuestra casa sin permitirle replicar del asunto, aquí tendría todas las comodidades que necesitaba, yo podría cuidarla, pero... Debía buscar un trabajo, no podía estar siempre dependiendo de mis ahorros, aunque tenía varios millones que me alcanzaban para vivir hasta que fuera un anciano, pero ahora también tenía que asegurar la vida de Anna y la vida de mi hijo...
Número uno, buscar un trabajo.
También debía preparar una habitación para él bebé, su cuna, sus juguetes, los pañales, su pequeña ropita, y sobre todo su familia...
Número dos, preparar un ambiente familiar para mi hijo...
Tendría dos Padres, Bill era el mejor ejemplo Paternal sin duda alguna, era responsable, sensato, delicado, preocupado... Yo tendría que esforzarme en parecerme a él no solo en lo físico, tendría que imitar sus bellas cualidades para ser un buen Padre y un buen compañero para Anna en el proceso de maternidad...
Número tres, madurar.

Encendí un cigarrillo en la sala y me dejé caer sobre el sofá... Le di una tremenda calada y recordé... Anna estaba embarazada... Mierda, busqué el cenicero y me apresure en apagar el cigarrillo antes de que el olor a tabaco se propagara por toda la casa...
Número cuatro, dejar todos los vicios de lado.

Me enamoré de los Dos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora