Cap. 12.

575 44 18
                                    

By Bill.

Luego de almorzar con mamá, al fin ella y Gordon se habían regresado a su casa.
Tom y yo, apenas ellos se fueron tomamos nuestras chaquetas y salimos en mi coche directo al departamento de Diana.
En el camino, Tom me comentó parte del plan que tenía pensado.

—Me iré al departamento de Geo, tú irás con Diana y le pedirás que te cuente todo lo que sabe, estoy seguro de que se negara a contarte, incluso también estoy seguro que la muy descarada te negara saber la verdad, por eso, yo tendré una carta bajo la manga. —No entendía ni mierda de lo que me hablaba.

—¿Por qué irás con Geo? ¿Qué tiene ver él en todo ésto?. —Le pregunté mirándolo de reojos mientras conducía, pero en respuesta, Tom se sonrió con una sonrisa definitivamente endemoniada.

—Geo... Es la carta debajo de mi manga Bill.

—¿Geo?. —Volví a preguntar, definitivamente no entendía nada de lo que pretendía, tantos planes y esas ideas de Tom me estaban asustando.

—¿No sería mejor preguntarselo a Gus?.

—¡Na! Ese maricon hace lo que la loca de Diana le ordena, no nos dirá nada.

—Pero es lo mismo con Geo, Arly estará allí, sabes que no nos ayudará por darle en el gusto a esa inestable mental.

—¿Cómo sabes qué es inestable mental?. —Me preguntó devuelta. Rodé los ojos sin responderle y él agregó.

—Da igual, pero no te preocupes por Arly, no dejaré que ella lo sepa, ya me inventaré algo, hazme caso. —No entendía cómo Geo podía ayudarnos a encontrar a Anna, si ni siquiera era cercano a ella últimamente, pero le obedecí al darme cuenta de que habíamos llegado al ayuntamiento.

—Nos vemos en media hora aquí afuera. —Dijo al bajarse de mi coche y sin esperar mi respuesta, se echó a correr al interior del edificio.
Tom estaba actuando muy extraño últimamente, y que estuviera perdiendo la cordura por el abandono de Anna, realmente me preocupaba.

Baje del coche también y me dirigí al interior del edificio, Tom ya había ingresado al departamento de Geo, el cual anteriormente era el bello hogar de mi amada Anna. Mire la puerta unos segundos mientras subía el primer escalón y recordé la noche en que había venido hasta su casa para devolverle sus llaves, la forma en que se asusto con mi presencia, lo nerviosa que se puso al verme, no pude evitar sonreír como un idiota al recordarlo.
Dentro de aquel departamento habíamos vivido nuestros más hermosos encuentros románticos, los primeros besos, las primeras caricias, la primera vez que Anna había sido mía, solo mía, las tardes y noches juntos sin tener prisa en la vida, no habían preocupaciones, solo importaba amarnos.

Subí las escaleras un tanto desorientado, intentando volver a la dura realidad cuando sin pensarlo, me topé con Diana bajando apresurada.

—¡Ey! ¡Detente!. —Le Alerte.

—¡Hola Billy! ¡Llevo prisa, te veo luego!. —Respondió intentando pasar de mí.

—¡Ni lo pienses! ¡Vengo a hablar contigo!. —La tomé del brazo para detenerla y ella desvío su mirada de la mía.

—Voy al trabajo Bill... Gus está en el taller, nos veremos en otro momento. —Insistió.

—Llevo marcandote al móvil desde ayer, ¿por qué no respondes?. —No contestó, seguía sin mirarme, Diana se delataba con su actitud.

—Anna se fue de Hamburgo, y tú la ayudaste a escapar, no me lo niegues, necesito que me digas en dónde está. —Se atrevió a mirarme pero de reojos.

—No sé de que hablas Bill, ni siquiera sabía que Anna se había ido. —Rode los ojos al oír su patética respuesta.

—No me mientas Diana, si no lo supieras y te estuvieras recién enterando, hubieras puesto el grito en el cielo. —Fijo su mirada en los escalones y guardó silencio.

Me enamoré de los Dos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora