Cap. 2.

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By Bill.

En Hamburgo había una zona roja llamada la "Pista de dos ruedas", era conocida por los motociclistas hace bastantes años y la usaban para realizar carreras clandestinas y apostar dinero, los imbéciles que asistían consumían droga bebían alcohol y se comportaban como babosos por las noches. Si la policía llegaba todos huían y la fiesta se acababa para ellos.

Conduje hasta ese lugar gracias a las indicaciones de Gustav me daba a mi lado, él me acompañaba como copiloto y guía. Anna se había quedado en casa con Diana y nuestros bebés.
Era frustrante lidiar con éstas situaciones, Anna daba lo mejor de si misma para nuestros hijos y Tom se comportaba como un estúpido adolescente y yo tenía que salir detrás de él para evitar que cometiera locuras.

—Ya estamos cerca, dobla en la esquina y verás la piesta. — Dijo Gustav a mi lado.

Estaba todo muy oscuro y las luces del coche eran lo único que nos daba visión en una zona tan fea y desolada.
Di la vuelta en la esquina tal y como me indicó Gustav y efectivamente lo primero que vimos fue aquella pista de carreras, pero lo que más nos alerto fue ver el montón de personas en el lugar, público espectador y hombres y mujeres montados sobre motocicletas.

—Mierda, gente estúpida y gilipollas. —Dije en un resoplido mientras intentaba desviar el coche a una orilla para estacionarme.—Dije cabreado.

— ¿Cómo mierda vamos a encontrar a éste imbecil entre tantas personas?.—Gustav se sonrió y respondió...

—Estacionate y nos bajaremos a buscar, yo volveré a marcarle al móvil para ver si él estúpido se digna a contestar. —Dijo mientras marcaba la rl número en su pantalla del celular, pero le habíamos estado marcando desde que nos habíamos montando en el coche y el inconsecuente de mierda tenía el teléfono apagado.

—Sigue apagado. —Agrego Gus.

— Bien, bajemos, creo que Tom se merece que su hermano menor lo averguence en público. —Gustav se rió de mi comentario y nos bajamos de coche de inmediato.

A nuestro lado había un grupo de muchachas que nos observaron e hicieron comentarios al vernos. Pasamos caminando por el grupo y una de ellas dijo mi nombre.
¿Quién mierda podría conocerme en un lugar de esos?.

— ¡Kaulitz!. —Voltee mi rostro y al buscar con la mirada reconocí en aquel grupo a Judith, la mejor amiga de Erica, enemigas y rivales número uno de Anna y Diana.

Alce las cejas en expresión de saludo poco cordial pero ella se apresuró en ir con nosotros. Si algo había aprendido aquella noche que Anna se había peleado con Erica y Judith en la Universidad era que debía mantenerme muy alejado de cualquier chica que a ella le desagradara o las consecuencias serían fatales.

— Bill, hola ¿cómo estás? —Se apresuró en darme un beso en la mejilla y luego repitió el acto con Gustav. Se le veía euforica y animada.

— Hola. —Respondí de mala gana.

— ¿Vienen a ver correr a Georg? — Nos preguntó a ambos.

—Sí.—Mentí.

— ¿Lo has visto? —Le pregunté.

—Claro, él y Tom están en la pista, deben ir por la orilla, así darán con ellos más fácil. —Asentí con la cabeza y volví a caminar.

—Muchas gracias, nos vemos luego. — Le respondí perdiendome de su lado, no quería pasar tiempo con ella o Anna me mataría.

Hicimos lo que nos indicó y nos fuimos por la orilla mirando en todas las direcciones hasta que a lo lejos le reconocí, Tom de pie dándoselas de chulo y mafioso, patético realmente, y a su lado montado en una motocicleta estaba Georg, no vi a Arly, así que le indique a Gustav con la mano y comenzamos a acercarnos.

Me enamoré de los Dos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora