Cap. 5.

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By Anna.

DIIN!! DOON!! El timbre de mi departamento Sonó una vez, DIIN!!DOON!! DIIN DOON!!... Bueno, tres veces, y una sobre otra, me pare del retrete a la velocidad de la luz, sin
ni siquiera haberme limpiado bien el culo... DIIN DOON!! DIIN DOON!!

- Ya va!!!

- Anna!! Habré la puerta joder!!

La abrí de un sopetón...

- Tan impaciente Diana por Dios!! Estaba en el baño.

Se metió en mi departamento empujandome con su cuerpo y un enorme bolso colgado en su brazo.

- ¿Ya te duchaste?

- No, es temprano aún, son recién las cinco de la tarde.

- ¿Temprano? ¿A eso le llamas temprano? ¿Eres tonta verdad?... Bill pasará por ti en tres horas, debes arreglarte!!

- ¿Qué tanto tiempo puede demorar ponerse un vestido?... No exageres.

- No es solo ponerte el vestido, tienes que ducharte, rasurarte, aplicarte loción, perfume, maquillarte, peinarte, modelarme el vestido y probar los tacones!!

- Vaya... Eso sí es mucho...

- Por supuesto que es mucho!! Ve a la ducha ahora mismo!! Yo acomodaré todo esto para comenzar a arreglarte.

Me empujó arrastrándome hasta el baño con sus manos y hechandome encima su cuerpo.
Cuando estuve dentro, la observé desde la puerta mientras le escuchaba miles de indicaciones que no entendía en absoluto...

- Pasas la navaja por toda la parte frontal de tu vagina, no olvides abrir bien las piernas y deslizarla hasta el culo, ningún pelo Anna! No puede quedarte ninguno!!

- Diana... ¿Para qué quieres que haga todo eso?...

- ¿Cómo qué para qué?... Si follas con Bill debes estar rasurada, ¿no querrás espantarlo con tu vagina toda peluda verdad?... Y no olvides tus piernas y axilas... Apresurate!!

- Diana...Diana....

Murmuré mientras forcejeabamos con la puerta, y terminaba por rendirme y soltarla para quedarme con la puerta pegada en la cara.
Ok, le hice caso, me metí en la ducha y me enjabone por completo, y sí, me rasure, las piernas, las axilas y también allí, esa zona tan íntima qué durante toda mi vida había traído tal y cómo la naturaleza lo quería, repleta de bellos.

No iba a irme a la cama con Bill, al menos no por el momento, no me imaginaba teniendo sexo con él, no porque Bill no me gustara, al contrario, llamaba muchísimo mi atención, pero él no era así, al menos según lo que me había demostrado las  pocas veces que habíamos tenido contacto, era que él quería ser más cálido conmigo, al contrario qué Tom, a él si se le notaban a leguas las ganas que tenía de llevarme a la cama, ya habíamos tenido un acercamiento bastante ardiente, y si la cita fuese con él entendería perfectamente a Diana, y le haría caso en todas sus instrucciones sin rechistar.

Salí de la ducha, con mi bata de baño puesta en el cuerpo y caminé hasta la sala, allí estaba Diana con millones de productos extraños sobre la mesa del comedor, una secadora, una alisadora y una rechinadora de cabello listas para usar, cuatro cosmetiqueros repletos de maquillaje, cepillos y peines, y un espejo de tamaño mediano, ¿cómo le cabía todo en ese bolso?, no lo sé, la cosa es que en cuánto me vio, se paró del sofá entusiasmada y tomó de mi mano para tirarme hasta una de las sillas del comedor qué tenía lista frente al espejo.

- Ok... Comencemos.

Me aplicó varios productos sobre la piel de mi rostro, todos tenían un olor delicioso, aunque yo no sabía para que servía cada cosa, me dejaba hacer todo lo que ella quería.
Cuando iba a comenzar a maquillarme me aleje de un brinco de la silla...

Me enamoré de los Dos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora