Cap. 8.

769 56 16
                                    

By Anna.

Dos meses después...

En el Ayuntamiento podían verse un montón de Pequeños pajarillos, volaban unidos en el cielo haciendo un precioso baile y luego bajaban y se posaban en el enorme techo puntiagudo...
Las clases habían comenzado y junto con ellas la primavera, una época cálida y bella para todos pero para mí, la peor de todas, de verdad que encontraba muy lindo ver los árboles verdes y flores por todos lados, el cielo celeste con preciosas nubes blancas eran realmente una obra de arte, pero yo debía observar todo desde mi ventana porque la maldita alérgia no me dejaba en paz, mi nariz se enrojecia por completo y me caía un líquido desagradable en todo momento, mi mochila estaba llena de pañuelos desechables, los ojos me lagrimeaban abundantes y no podía maquillarme porque se me estropeaba al segundo...
Estaba esperando que Bill pasara a recogerme, había regresado a vivir a mi departamento y nuestra relación era como al principio, solo Bill y yo.

Cuando vi su coche afuera del edificio corrí para ir con él, era nuestro primer día de clases y no quería llegar tarde para poder conocer mi nuevo salón y elegir mi pupitre, debía ser al lado de la ventana de lo contrario no vería una mierda y con esta maldita alergia sería aun peor.

Cuando salí del edificio Bill me esperaba con una enorme sonrisa y me tire en sus brazos como de costumbre, Bill se había vuelto la persona más importante en mi vida y teníamos una relación tan estable y sólida que me había resignado a estar solo con él y olvidarme por completo de Tom... Tom... Él... No lo veía desde hace muchísimo tiempo, habíamos terminado nuestro poliamor y aunque al principio Tom insistía y me buscaba furioso, entre Bill y Charlotte lo había obligado a que me dejara en paz. Su problema de adicción a las drogas lo había arrastrado a cometer muchas locuras y ya no lo reconocía, extrañaba al Tom del que me había enamorado, pensaba en él todo el tiempo, pero ese Tom ya no existía... El de ahora... No me gustaba, lo aborrecia, lo detestaba y aunque sentía mucha pena de verlo así de mal, entendí que yo no podía hacer nada para ayudarlo. No perdía las esperanzas de que en algún momento recapacitara, y aunque no volviera a estar con él, quería de todo corazón verlo bien.

Nos subimos en el coche y con toda la energía y el buen ánimo nos fuimos directo a la Universidad...
Bill llevaba puesta una ligera camiseta rockera que dejaba a la vista sus lindos tatuajes y se había peinado el mohicano perfectamente, sus pantalones ajustados y negros con un cinturón de hebilla grande y plateada... Traía los vidrios del Audi abajo y el aire fresco entraba revolviendonos el cabello a Ambos.
Yo me había puesto una mini falda de color rosa y una bluza blanca, en los pies unas ligeras zapatillas de lona y el cabello suelto y aún húmedo. Cargaba mi mochila con todos mis cuadernos y libros dispuesta a dar lo mejor de mí este semestre para lograr las mejores calificaciones y enfocarme en la carrera más que en nada.

Al llegar a la Universidad Bill estacionó su coche cerca del enrejado como de costumbre y al ver a todas las personas entrando y caminando por la Universidad sentí como un remolino en el estómago, estaba nerviosa, muy nerviosa, y no solo por las clases también la idea de que Tom se hubiera decidido a estudiar en esta misma Universidad me aterraba...

- ¿Todo en orden?

Me preguntó Bill al verme mirando a todos lados como una maniática... Lo miré a los ojos y moví mi cabeza levemente de arriba abajo preocupada...

- Sabes que si algo te pasa puedes decírmelo... Estoy aquí Anna, y pase lo que pase no voy a dejarte sola...

Suspiré un tanto aliviada, Bill siempre sabía que palabras usar para calmarme, y eso era lo que me hacía confiar tanto en él...

- ¿Sabes si... Si Tom... Él...?

- Si... Si Anna... Tom vendrá...

Un hueco se me formó en el centro del estómago y sentí como las manos me temblaron...

Me enamoré de los Dos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora