Cap. 15.

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By Tom.

Alice fue la primera en verme, la enorme sonrisa que se le dibujo en su pequeña carita me erizo la piel por completo.

—¡Ey! ¿Dónde está mi nena preciosa? —Cruce la puerta de la habitación y me dirigí a la cama dónde mis hijos estaban recostados.

—¿Cómo estás pequeña traviesa? ¡Ven a saludar a Papá!. —Theo me observó unos segundos y al reconocerme hizo un puchero angustiado.

—¡Ey Campeón! No me mires así, soy Tú Padre. —Con Alice en mis brazos me senté en la cama y lo jale para levantarlo.

—Se fueron de casa y ahora Papá vino a buscarlos. —Esteban me observaba con atención y al verme con ambos en mis brazos se acerco para ayudarme.

—Son tan adorables. —Dijo con su voz de abuelo enamorado.

—Lo son, son como Anna. —Respondí.

—Bill y yo no somos adorables. —Reí.

—Anna lo es. —Confirme, Esteban asintió con la cabeza y tomó la pequeña manita de Alice con suavidad.

—¿Se los llevarán, verdad?. —Me preguntó desanimado.

—No quiero ser duro contigo Esteban, pero vinimos a buscar a Anna, si ella nos acepta, sí, regresaremos a casa con nuestros hijos. —Esteban seguía mirando la mano de Alice y simplemente asintió con la cabeza resignado.

—Pronto cumplirán un año. —Dijo cambiando de tema.

—Me perdí el embarazo de mi Hija, me perdí casi un año del crecimiento de mis nietos, ni siquiera sabía de sus existencias, soy un pésimo Padre y un pésimo Abuelo también. —Sonrió de mala gana y luego su rostro tubo una expresión lúgubre.

—No todo ha sido malo, ahora están aquí, pudiste conocerles, Anna vino porque confía en ti Esteban, le abriste las puertas de tú casa, ella debe estar muy agradecida de eso.

—Eso no es nada, llevo muchísimos años dándole la espalda a mi hija, terminó su carrera sola, si no fuera por la ayuda de ustedes dos... Anna no habría tenido apoyo de nadie. —Miraba un punto fijo, me costaba encontrar las palabras para no ser duro con él, apesar de que sabía que tenía razón, veía su pena y su arrepentimiento.

—He sido un pésimo Padre para Anna, dime, ¿abandonarías a tus hijos a su suerte?. —Lo observé sin ser capaz de responder.

—Eso creí. —Dijo para finalizar.

—Tal vez no puedes remediar lo ocurrido, ni cambiarlo pero... Estás a tiempo de hacer que las cosas sean diferentes, aún puedes apoyarla... Aceptar que tú hija está enamorada de dos Hombres es un buen comienzo. —No estaba aprovechandome de la situación pero, decírselo era una buena forma de ayudarlo, él y Lilian debían entenderlo para poder reconstruir su relación con Anna.
Esteban me miró unos segundos, un tanto confundido y se puso de pie, camino hasta la ventana de la habitación y observó el paisaje completamente perdido, creo que intentaba entender lo que yo le decía.

—¿Cuánto la amas?. —Me preguntó de pronto sin mirarme.

—Demasiado, cómo nunca había amado a nadie y créeme que Bill también, incluso debe amarla más que yo, él es mucho más sentimental que yo. —Reí.

—Bill llegó. —Dijo mirando hacia afuera. Dejé a Alice y Theo sobre la cama y me puse de pie, ellos estaban tan tranquilos que me dio la impresión de que entendían que Esteban y yo hablábamos un tema importante.

—Esteban. —Le hable y él me observó.

—Déjanos demostrarte que... Lo que sentimos por tú hija es amor verdadero, déjanos demostrarte que esto no es una locura como todos piensan, es distinto, es extraño pero, es real. —Sonrió, camino hasta donde yo estaba y se detuvo frente a mí.

Me enamoré de los Dos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora