Cap. 13.

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By Bill.

Había preparado mi maleta, estaba listo para salir en cuento Tom me lo indicara, me daba vueltas por la casa ansioso por su llegada, si su plan funcionaba partiriamos de inmediato al destino que Georg nos indicara.

Eran alrededor de las doce de la noche y no había recibido ni una sola llamada ni mensajes de Tom. En mi desesperación tome el móvil y le marque para saber que diablos estaba ocurriendo, pero para aumentarle ansiedad a mi estado, Tom no respondió.

Me deje caer en el sofá bruscamente ya resignado y encendí la televisión, así pasaron casi dos horas cambiando de canal en canal, muerto de frío, de ansiedad y desesperación, cuando al fin la puerta de entrada se abrió y Tom entró exaltado y con una enorme sonrisa en la cara.
Me puse de pie en cosa de segundos golpeando la mesa de centro con el pie por accidente y pegándome en la rodilla derecha.

—¡Mierda, maldición! —Intentando que el dolor pasara a segundo plano seguí caminando hasta llegar con Tom que me observaba asqueado.

—Tardaste, ¿dónde te habías metido? —Dije mientras cojeaba al avanzar.

—Eso no importa, tengo buenas noticias. —Me observaba con el ceño fruncido y cuando el dolor se me alivio, me enderece y me puse serio frente a él.

—Eres tan torpe.

—¿Dónde está Geo?. —Le pregunté evadiendo su simpático comentario.

—En un Hotel. —Caminó hasta su habitación y yo le seguí para que me lo contara todo.

—¿Y? ¿Qué averiguaste? Llevo muchísimo tiempo esperando, dímelo ya. —Lo acompañe hasta su habitación y vi como comenzaba a echar cosas en una maleta.

—¿Empacaste tus cosas como acordamos?.

—Sí, hace mil horas, pero ya dime si averiguaste en dónde está Anna con nuestros hijos, ¿Diana se lo contó a Geo? ¿Pudo sacarle la información que necesitamos?. —Tom me había contado su plan, y también que Geo había aceptado, pero conocía a Diana y dudaba que fuera a funcionar.
Lo vi sonreír, comenzó a cerrar la maleta y cuando acabó, me miró desde la cama.

—Anna está en Berlín, con sus Padres, era obvio ¿no?. — Tomo la maleta y comenzó a acercarse lentamente.

—¿Diana dijo eso? ¿Lo confirmó? — Comencé a sonreír sin poder evitarlo.

—Ya lo sabíamos, solo necesitabamos asegurarnos... Coge tu maleta Bill, nos vamos en éste momento a Berlín.

By Anna.

Era la primera vez que entrevistaba a uno de mis defendidos, y para mi mala suerte, era el aborrecible Padre de mis Ex novios.
Llevaba rato esperandole, pero el Señor no aparecía. El lugar dónde conversariamos era una pequeña oficina resguardada y vigilada por la seguridad de la prisión, por lo tanto, los Oficiales y los Gendarmes del lugar estaban allí asegurandose de que todo estuviera bien y esperando a mi lado que trajeran a Jorg.

Preparé mi cuadernillo para anotar lo necesario, intentando no parecer nerviosa, necesitaba calmarme o haría un pésimo trabajo, no podía cagarla el primer día.

Cuando habían pasado ya varios minutos de espera, la puerta de entrada se abrió y le vi aparecer, dos Gendarmes le acompañaban, uno a cada lado, venía esposado de manos y de pies, su cabeza levemente agachada y vestía el particular uniforme anaranjado de la prisión.
Deslice la silla retrocediendo levemente y me puse de pie, la verdad no sabía si ese tipo merecía cordialidad, pero debía demostrar respeto si quería ganarme su confianza.

—Toma asiento Jorg, yo soy Anna Meyer, tú abogada. —Le indique con mi mano la silla a su lado y Jorg sin contestar nada obedeció sin mirarme.
Volví a acomodarme en mi asiento y comencé abrir la carpeta con su expediente.

Me enamoré de los Dos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora