🛍𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒔𝒊𝒙𝒕𝒚 𝒇𝒐𝒖𝒓🛍

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Dos meses.

Dentro de los dos meses que habían pasado, ocurrieron cosas a favor de cada persona, de todos para ser más específicos, de todo aquel que tenia sed de venganza hacia Dereck SooLiman, empezando por su propio hijo.

Dael y JimSi habían salido del hospital hace ya varias semanas. Buscaron un departamento para vivir los dos y recuperar el tiempo perdido. Entre los dos lograron salir adelante hablando de forma física, los tratamientos y chequeos eran seguidos, pero entendían que era necesario.

Dael no seguía aceptando a Lee para nada, le hacía la peor de sus caras cada que llegaba a visitar a JimSi y siempre los estaba vigilando como si fuera un enfermo o depravado sexual. Claro, al final del día siempre le terminaba diciendo cuánto lo odiaba y lo cuánto que deseaba que le cayera un rayo en seco.

Por otro lado,  JiMin seguía separado de YoonGi, seguían sin hablarse y sin querer hacerlo en lo absoluto.

YajaTzael, sí, se había ganado un par de jalones de oreja de parte de Zael por echarle tanta mala sal a su sobrino, pero era algo de lo que no se arrepentía, hasta lo haría nuevamente.

¿Cómo carajos no?

SooLiman estaba ahora en solo al rincón de esa habitación, ya que YajaTzael, sacando su lado maldito que siempre estaba a flote, pero que nunca aceptaba, le amarró los caníbales más cerca, uno en el tubo de la cama y al otro en la ventana.

Por cierto, en una de tantas sí se le salió lo esquizofrénico y le acabó cortando los dedos de la mano derecha y, literalmente, lo obligó a que se los comiera bajo amenaza, era cumplir o sufrir de su indefensa ira.

Hablando del mismo ser de la oscuridad, YajaTzael intentó atropellar a DaJatza ya en varias ocasiones como amenaza para que se alejara de Dael, pero ese maldito nunca hacía caso y ahora los dos seguían siendo novios.

Qué asco.

También intentó hacer lo mismo con GiYoon, pero ese desgraciado casi lo deja sin cabeza de tanto que le jaló el cabello como con odio por echarle la camioneta.

Tal vez parecía más agresivo de lo normal, pero era solo que ya estaban en la famosa navidad de verga y él era un gruñón en esa época porque no la portaba, la odiaba más de lo que odiaba al mundo.

Eso no era nada raro, lo raro era que estaba de mal humor por las madrugadas en las que no dormía porque le picaban las manos y los pies para ir hacia SooLiman y matarlo como tantas veces se lo habían prohibido.

Retomando a JimSi, éste ya podía caminar sin restricciones, bailar y saltar sin miedo de ponerse mal. Salía siempre con Lee a cualquier lado para pasar tiempo juntos, cosa que no era del todo solos porque Dael los seguía a escondidas, eso junto a YajaTzael porque parecían compartir las mismas neuronas de celos.

Esos enfermos.

Ahora, hablando de Alexander y Dereck, ellos ya habían sacado los papales necesarios para viajar a Europa como lo habían planeado. Sólo estaban esperando terminar con el enemigo más grande y listo, podían irse.

Se les extrañaría porque todos les habían cogido tanto cariño, incluso Lee que hizo las paces con Dereck y decidieron ser amigos.

El caso es que muy pronto, demasiado pronto todos tendrían la venganza más esperada de todas.

La tortura y muerte de SooLiman.

























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— Uh, no sabía que estaba aquí. Perdón.

— No. No te preocupes, solo quería un café.

YoonGi ignoró a JiMin en cuanto éste entró a la cocina, prefirió centrarse en lo bonita que era la taza y en las adorables decoraciones que tenía. Movió los pies bajo la mesa y le pegó un trago al café porque en serio necesitaba tomar.

JiMin, por otro lado, se fue al refrigerador para buscar algo que pudiera tomar y calmar la sed que tenía, pero tenerlo de espaldas hizo que lo viera sin que él se diera cuenta. Se mordió el labio y triste bajó la cabeza.

Quería hablarle y ofrecerle disculpas por haber hecho una gran pelea por tan poco, pero YoonGi se había estado mostrando tan arisco, frío y cortante con él que de verdad se estaba preguntando si el amor ya se había acabado, si ya no existía.

La sola idea de que YoonGi ya no sintiera lo mismo por él, eso le daban unas intensas ganas de llorar, porque él seguía tan enamorado como la primera vez que vio a ese hombre, en que lo vio todo serio y varonil. Lo seguía amando como la primera vez en donde solo obtenía rechazo, malos gestos y lejanía.

¿Por qué él siempre debía disculparse primero?

Siempre era lo mismo, tuviera o no tuviera la culpa, siempre debía ser el que intentara acercarse y tal vez esa fue diferente porque YoonGi sí se acercó para ser el primero en arreglar las cosas, pero es que estaba tan enojado que no quería ni verlo.

— Desde aquí puedo leer tus pensamientos, JiMin.

Llegó a levantar rápidamente la cabeza tras la voz de YoonGi, así que suspirando se encaminó hacia le masa y sin dirigirle la mirada se sentó en frente de él. Empezó a jugar con el brazalete en su muñeca, ese que YajaTzael le había regalado recientemente y con las mejillas rojas terminó balbuceando.

— Yo te amo, JiMin, pero tú a veces eres tan complicado, muchas veces no logro entenderte y me confundes — YoonGi sinceró — La mayoría de veces buscas peleas por nada y trato de hacerte saber que quiero estar bien, pero tú lo haces tan intenso.

JiMin bajó la mirada, se tragó el nudo en la garganta para evitar llorar por cada una de las cosas que él le estaba diciendo con tanta sinceridad, cosas que sabía eran tan ciertas.

— Tal vez... tal vez he llegado a mi límite, JiMin, tal vez... ya no quiero estar en esta relación — Murmuró — Ya no quiero estar feliz contigo un momento y al otro terminar por cualquier cosa estúpida.

Frustrado se cubrió la cara con las manos, llegó a suspirar antes de alborotarse el cabello y ver a JiMin, quien se notaba el esfuerzo que estaba haciendo para no romperse a llorar frente a él y eso lo hizo sentirse tan culpable que negando le tomó la mano.

— JiMin... ya no estoy dispuesto a seguir en esto. Ya no doy para más, por mucho que te ame... por mucho que nos amemos, nos estamos perdiendo a nosotros mismos — Refutó — Pelea tras pelea, gritos tras gritos. Ya ni nuestros hermanos discuten tanto como nosotros.

— Señor Min...

— Es aburrido, es cansado, es frustrante. JiMin, ya no quiero esto — Confesó — Lo siento, en serio, pero he tomado una decisión.

El menor le alzó la mano, le pidió así que no dijera nada, que no hablara y soltara lo obvio. Dejó de luchar y se rompió por completo, empezó a llorar porque no quería que esa despedida fuera para siempre, no quería que eso se acabara.

— He decidido dejarte ir, JiMin...

Dios, no.








🛍 ¸¸.•*¨*• 𝐾𝑖𝑡𝑡𝑦 𝑖𝑠 𝐹𝑎𝑛𝑐𝑦 •*¨*•.¸¸ 🛍 (𝐿𝑖𝑏𝑟𝑜 𝑡𝑟𝑒𝑠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora