🛍𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒕𝒆𝒏🛍

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Era extraño.

Parecía que la historia se repetía, era como un Deja Vu, algo que ya se había vivido y que renacía.

JiMin, él prefería jugar con el fleco de la almohada, ya que era más entretenido que levantar la cabeza y mirar a YoonGi.

Se supone que debían hablar, pero en cuanto se acomodaron en la cama, él no pudo siquiera abrir la boca, así que solo empezó a jugar con la almohada mientras YoonGi lo veía fijamente, razón por la que sus gorditas mejillas estaban rojitas y calientes.

Sí.

En definitiva era como un Deja Vu, un momento que ya se había vivido y solo volvía a vivir como si fuera una costumbre, una rutina.

— Entonces... ¿Le darás más atención a la almohada o a mí?

Maldición.

JiMin se mordió el labio tras escuchar la ronca voz de YoonGi, quien sin miedo a nada y más que todo sintiendo necesidad por tocarlo, se atrevió a tomar su pequeña mano para sujetarla entre la suya más grande, dando así un giro grande al momento.

— Discúlpeme, Señor Min...

— JiMin, discúlpame...

Al darse cuenta de que, nuevamente, habían hablado al mismo tiempo, no pudieron hacer otra cosa que soltarse a reír debido a los inminentes nervios.

¿Era normal?

¿Era normal sentirse así de tímido y nervioso cuando se estaba frente a la persona amada?

Tanto JiMin como YoonGi podían sentir sus corazones gritando por tocarse, por unirse y borrar la rajadura que dejaron cuando se separaron.

Al parecer, ninguno de los dos entendió que cuando dos personas se unían, sus corazones también lo hacían, se volvían uno solo y se volvían tan fuertes que separarse era tan doloroso como una cortadora por la mitad.

Ahora solo debían repararse mutuamente y aunque sabían que las parejas no eran psicólogos y las citas no eran terapia, con sus manos entrelazadas y un fuerte abrazo podían al menos sentirse tan completos que llegaban a olvidar los problemas.

Lo curioso del cerebro y del cuerpo era que cuando se abrazaba a una persona tan amada y si ese abrazo duraba una cifra exacta de segundos, se podían olvidar los problemas, pues estar entre los brazos de esa persona era tan increíble que solo se podía pensar en lo bien que se sentía.

Exacto.

Justo eso pasó con ellos, cuando JiMin se apoyó delicadamente sobre el pecho de YoonGi y éste pasó el brazo por su hombro sano con la misma delicadeza y cuando ambos volvieron a estar así de juntos, el dolor físico y mental se fue. Olvidaron sus heridas físicas y dejaron de lado sus dolores amorosos porque sus corazones se acercaron al igual que ellos, se tocaron hasta unirse y volverse uno solo, como debía ser en esa vida y como era en la otras.

Ni siquiera eran importantes las palabras, no hacían falta.

¿Para qué soltar disculpas por la boca si cuando conectaron sus miradas no vieron más que amor?

Los ojos heterocromos de JiMin y los café oscuros de YoonGi se fijaron en el trasfondo de esos llamativos colores y vieron más allá de ellos, lograron simplemente encontrar las piezas que habían estado guardadas y casi olvidadas.

Los colores limpiaron el polvo de esas piezas y el brillo atrajo el amor en un beso de disculpas, de arrepentimiento y al rozarlos con levedad llegaron a gritar cuánto se amaban.

No hacía falta nada, ni siquiera importaba si estaban heridos físicamente, solo eran ellos dos y el amor que brotó.

— Te amo, JiMin.

— Yo también lo amo mucho, Señor Min.

Esa simple frase fue la continuación de lo que había quedado estancado, pero las raíces y las plantas que cubrieron esos corazones rotos, simplemente los habían mantenidos refugiados y protegidos para cuando llegaran las manos a limpiarlos.















🛍 ¸¸.•*¨*• 𝐾𝑖𝑡𝑡𝑦 𝑖𝑠 𝐹𝑎𝑛𝑐𝑦 •*¨*•.¸¸ 🛍 (𝐿𝑖𝑏𝑟𝑜 𝑡𝑟𝑒𝑠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora