🛍 ¸¸.•*¨*• 𝐾𝑖𝑡𝑡𝑦 𝑖𝑠 𝐹𝑎𝑛𝑐𝑦 •*¨*•.¸¸ 🛍 (𝐿𝑖𝑏𝑟𝑜 𝑡𝑟𝑒𝑠)

🛍𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒇𝒐𝒖𝒓𝒕𝒚 𝒔𝒊𝒙🛍

¿JimSi ya puede ir con él?

— Solo espera a que terminen de quitarle el tubo.

Entre lágrimas, JimSi se escondió en el pecho de JimDae para no ver cómo le retiraban el tubo de oxígeno a Dael.

Luego de saber que podría vivir y luego de los análisis en donde confirmaba que estaba empezando a aceptar el corazón como se debía, en donde su respiración estaba mejorando cada vez más y que los latidos se estaban volviendo al nivel que correspondían, DaJatza tomó la segura decisión de darle oxígeno solo con los tubos en la nariz, también le suministró un poco de agua para la garganta y le hizo un masaje en la mandíbula para que hablara aunque sea un par de palabras.

— Te admiro, eres increíble — Susurró — Tu familia está aquí y me dejaron en claro que no se irán.

Sonriendo con ganas de llorar, le limpió a Dael las lágrimas que tenía en los ojos, esas que seguía sacando por el dolor físico que sentía, pero incluso así, deseó con su alma ver a su familia, a sus hijos, a sus hermanos.

— JimSi, ven aquí.

DaJatza sabía muy bien que estaba jugando con fuego, porque si SooLiman se enteraba de lo que estaba haciendo, terminaría matando a todos ahí, pero aprovechando de que no estaba y de que le pidió a seguridad que le avisara cuando ese hombre llegara, decidió juntar una camilla al lado de la de Dael, de forma en que fueran una sola para que JimSi pudiera estar con él sin llegar a lastimarlo.

— Esto será solo por un rato, ¿bien? Te vas a quedar con Dael con la condición de que te vayas cuando yo te lo diga — Explicó — Podrás verlo solo cuando yo te avise, ¿está bien?

JimSi asintió rápidamente, por lo que él le regaló una sonrisa mientras lo tomaba de la mano para llevarlo con Dael.

— Acuéstate aquí, pon tu brazo bajo su estómago si lo quieres abrazar — Pidió — Controla tu llanto para que no lo alteres y no lo hagas hablar.

Luego de las claras indicaciones, ayudó a JimSi a que subiera a la camilla, así pudo acomodarlo para que estuviera cómodo y para que no llegara a lastimar a Dael.

— Nosotros estaremos afuera, si algo pasa contigo o con él, no dudes en presionar ese botón.

Una vez JimSi asintió, pasó el brazo por debajo del estómago de Dael y con los ojos borrosos lo observó mientras el resto salía de la habitación para dejarlos solos.

— JimSi jamás se irá, papá — Susurró — Nunca, nunca te voy a dejar.

Buscando estar más cerca del mayor, se movió un poco para poder pegar la cabeza en el hueco del hombro, luego tomó la mano grande que cubría la suya por completo y feliz soltó una risita.

— Yo...

— No hables, no es necesario que lo hagas.

— JimSi... yo-yo... papá te-te ama — Dael susurró — E-Eres mi.. mi pe-pequeño príncipe.

— Y tú siempre has sido mi rey — Sollozó — Y mi amor tu castillo.

Con los ojos cerrados, con una respiración lenta y tranquila, Dael sonrió en medio de que dejaba un leve apretón en su manita.

— Yo... debo ser si-sincero contigo...

— Dime, papá, yo te escucho.

Él se preparó, cogió aire en sus pulmones para poder decir una frase larga sin la necesidad de trabarse o tomar pausas, así que una vez seguro de que podría hacerlo, pasó saliva y, aunque sabía que eso no se iba a cumplir, la esperanza era lo último que se perdía.