🛍𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒇𝒊𝒗𝒆𝒕𝒚🛍

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YajaTzael, al notar que Zael no dejaba de verlo, le mandó un beso coqueto y luego siguió preparando el desayuno.

— Hace mucho que no probaba de tu comida, cocinas tan rico.

— No es lo único rico que hago, gatito.

Zael soltó una risita mientras apoyaba el mentón en las manos y seguía observando cada movimiento que daba. El verlo cocinar siempre ha sido uno de sus pasatiempos favoritos, le gustaba admirar la forma en cómo hacía platos en un pequeño límite de tiempo.

— ¿Cómo te sientes?

— Aturdido, han sido muchas cosas en poco tiempo y no sé cómo sentirme con exactitud — Respondió YajaTzael — He tenido que tomar decisiones y aceptar muchas cosas, pero hay algo que nunca voy a aceptar.

— ¿Qué cosa?

— El hecho de que tus malditos sobrinos estén con mis hijos — Refunfuñó — Y hablo más por el malnacido de YoonGi, ese maldito.

Zael rodó los ojos con diversión antes de que él dejara el desayuno listo sobre la isla, así podrían comer con tranquilidad porque eran las seis de la mañana y el resto aún seguía dormido. Podrían aprovechar ese tiempo para estar solos los dos, sin interrupciones.

— Toma la leche antes de que se enfríe.

Él decidió empezar a comer de pie, solo apoyado sobre el filo de la isla mientras Zael se metía un trozo de fruta a la boca con una sonrisa por haber malpensado lo que había dicho.

— Muchas gracias. Hace mucho que no recibo leche de tu parte, ya hasta me hacía falta — Murmuró — ¿Sabes lo frustrante que es tener que masturbarse porque no tengo hombre?

Como si nada hubiera pasado, como si no hubiera dicho eso, empezó a comer con ganas por el hambre que se gastaba, dejando a YajaTzael con el apetito perdido y un cambio extremo de ánimo.

— No sabía que te sentías así, yo...

— Tú no te preocupes, YajaTzael, yo lo tengo ya solucionado — Sonrió — Hace tiempo compré unos juguetes sexuales que no te imaginas.

Como si no supiera que YajaTzael era extremadamente celoso, siguió comiendo como si nada, disfrutando del café y de las frutas mientras ese hombre lo observaba muy fijamente y aparentemente enojado.

— Por ejemplo, ayer que saliste toda la noche con JimDae, utilicé dos dildos que me dieron como cinco orgasmos — Rió — Me hizo cuestionarme por qué no había probado de esos antes.

Al terminarse la ensalada de frutas, contigo con el café y los huevos revueltos, sin molestarse en levantar la mirada y ver a YajaTzael cuando ya sabía que estaba echando humo por las orejas.

—  Y tomé una decisión. ¿Para qué esperar a que tú te animes a follarme cuando puedo sin problema meterme uno de esos juguetes? — Sonrió — Así que no te preocupes, YajaTzael, mientras tú estés ocupado, uno de plástico me estará dando lo que tú ya no me das.

Una vez levantó la cabeza y observó el gesto enojado de YajaTzael, se levantó de la silla con la taza de café y con esa misma sonrisa se acercó para dejarle un beso en la mejilla.

— Nos vemos en la tarde. Te amo.

Cuando él salió de la cocina, YajaTzael terminó lanzando el plato al piso y luego solo estrelló la mano contra la isla ante todo lo que había escuchado.
















Cuando él salió de la cocina, YajaTzael terminó lanzando el plato al piso y luego solo estrelló la mano contra la isla ante todo lo que había escuchado

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— ¿En dónde está Muñeco?

SooLiman dejó el maletín lleno de dinero sobre su escritorio, luego esperó que uno de sus hombres diera un paso para informar el paradero de su hijo.

— Pasó toda la noche en la habitación de Park JimSi. Salió hace unas horas, pero está ahí otra vez.

— Así que está con el enemigo — Murmuró — Eso no me gusta.

Antes que nada, se quitó los guantes y la bufanda para después coger su arma y salir del despacho en busca de ir hacia la habitación de JimSi e informarse por qué su hijo estaba tan apegado a sus esclavos.

— ¿Quiere que lo saquemos?

— Nadie puede ponerle un solo dedo encima a mi hijo, que les quede claro.

Tras llegar a uno de los pasillos más desolados de la mansión, caminó hacia una de las últimas habitaciones, que es en donde JimSi se mantenía encerrado y bajo custodia.

Cuando abrió la puerta, observó cómo su hijo estaba hablando con JimSi entre murmullos, como su fueran amigos de toda la vida.

— Muñeco, ven aquí.

El menor se giró a verlo por unos segundos antes de negar a su orden, pues no estaba dispuesto a irse solo porque él quería. Ese no era su estilo.

— Es una orden.

Al ver que Dereck pretendía no hacerle caso, le hizo señas a dos de sus hombres, quienes entendiendo la orden, se dirigieron hacia JimSi para llevárselo con él y así alejarlo de Dereck.

— No te puedes juntar con el enemigo. Vete Vete a tu habitación.

— Tú no me ordernas nada, SooLiman.

Con el ceño fruncido, Dereck se levantó de la cama para poder acercarse y buscar cómo evitar que le hicieran daño a JimSi, cosa que hizo cuando el malnacido de SooLiman levantó el bastón con la jodida intención de golpearlo para que le quedara claro que no se le podía acercar, pero él golpe lo terminó recibiendo él en todo la parte del hombro y brazo al meterse y dejar a JimSi tras su espalda.

— ¡Ya basta! ¡¿Qué ganas con esto?! — Espetó — ¡Eres un inhumano, incapaz de sentir algo!

— ¡Te alejas de él o yo lo mato! ¡Vete a tu habitación, Dereck!

— ¡No voy a dejar que le hagas nada! ¡Primero pasas sobre mí!

Seguro de sus palabras, fijó sus hermosos ojos miel sobre SooLiman para reafirmarle que no le tenía miedo en lo absoluto, desafiándolo mientras buscaba la mano de JimSi de manera disimulada y la envolvía entre la suya más grande.

— ¡Él no es nada tuyo! ¡No somos familia, somos enemigos!

— ¡Tus enemigos no son mis enemigos!

— ¡Aléjate de él, Dereck!

— ¡No! No, porque... porque es mi amigo.

Aunque confesar tal cosa fue muy humillante y vergonzoso para él, ignoró el sonrojo en sus mejillas y solo apretó la manita de JimSi.

— Sí tanto me amas como dices, déjalos ir y déjalos en paz — Murmuró — Yo estaré contigo, pero suéltalos.

SooLiman quedó un poco atónito por sus palabras, sin poder entender que lo estaba desafiando de una manera diferente por defender a las personas que más odia con su vida, pero no iba a caer en ese juego, en esa manipulación, así que solo sonrió mientras negaba.

— Tú te vas a quedar conmigo siempre, quieras o no — Informó — Por ahora, estás castigado.

— Tú no...

— Llévenlo al sótano y, tranquilo, él no te hará nada por tus tatuajes.

Muñeco no bajó la mirada, tampoco dejó esa mirada desafiante, menos hizo algo cuando sus hombres lo llegaron a sujetar de los brazos para alejarlo de JimSi y llevárselo fuera de la habitación en busca de llevarlo al sótano en donde estaba su hermano desde hace años.

Sería la primera vez que SooLiman ordena que lo lleven aquí, pero no tenía miedo en lo absoluto, así que cuando pasó cerca de ese imbécil, logró frenar y gruñendo lo observó.

— Tú lo matas a él y yo te mato a ti.

Simple.







🛍 ¸¸.•*¨*• 𝐾𝑖𝑡𝑡𝑦 𝑖𝑠 𝐹𝑎𝑛𝑐𝑦 •*¨*•.¸¸ 🛍 (𝐿𝑖𝑏𝑟𝑜 𝑡𝑟𝑒𝑠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora