Durante años, cariñosamente me llamaban en el apacible pueblo, "pequeña tesorito", transcurrió en una calma rutinaria.
Ese apodo me seguira toda una vida. La simple razón, es que me consideraban "el tesorito" porque me encantaba esconderme en mi habitación.
Cada día me sentaba y deslizaba bajo la sombra de los árboles, en el césped sereno, inmersa en las páginas de mi libro preferido.
Sin embargo, siempre llevaba conmigo una manta, protegiéndome de la alergia al césped que tanto me molestaba.
En un día soleado y apacible en nuestro hogar, me aproximé a mi madre, quien estaba entretenida preparando un suculento pastel de chocolate.
-"Mamá, ¿qué estás cocinando? ¿Es el cumpleaños de alguien?" pregunté ansiosa, intentando desifrar el motivo de la elaboración especial del delicioso pastel.
Mamá Lin, con una sonrisa radiante, respondió: -"Mi pequeña tesorito, hoy celebramos algo especial. Nos mudaremos a la gran ciudad de Huantang".
La noticia desagradable, resonó en mi interior como un malestar estomacal.
Abandonar mi hogar y mi querido pueblo era una pesadilla hecha realidad.
-"Mamá, papá, ¡no quiero dejar mi hogar! ¡No quiero irme del pueblo!" sollocé con lágrimas bañando mi regordetes mejillas , implorando a mis padres que reconsideraran.
Papá Lin, con voz serena, intentó consolarme: -"Mi amor, es hora de dejar el pueblo. En la ciudad tendrás más oportunidades para crecer y aprender".
A pesar de sus palabras reconfortantes, la idea de enfrentarme a una nueva escuela en la ciudad me inundaba de ansiedad.
No deseaba conocer a nuevos compañeros ni adaptarme a un entorno desconocido.
Decidida a no irme a la ciudad, me encuentro en un rincón de mi habitación, abrazando a mi fiel compañero "Peluza de Algodón", tratando de esconderme bajo la cama para evitar ser encontrada por mis padres.
La idea de abandonar mi hogar era abrumadora, pero el cansancio me venció y me sumí en un sueño profundo.
Al despertar, me encontré en el auto, fuera de mi zona de confort.
Suspiré con resignación, reconociendo que ya no había vuelta atrás.
Miré a mi gato y lo abracé con fuerza, compartiendo su inquietud por lo desconocido que nos aguardaba.
"Mi pequeño algodón, hemos sido arrastrados aquí", susurré con tristeza.
Finalmente, llegamos a la gran ciudad y nos instalamos en una impresionante mansión.
Descubrí que mi padre era el hijo de una familia millonaria, y nos mudamos a la mansión de mi abuelo paterno.
Recordaba con cariño los días en el campo, especialmente cuando mi abuelo venía a visitarnos.
Al llegar al gran patio de la mansión de mi abuelo, me sentí abrumada por la mezcla de alegría y nostalgia al abrazarlo.
Sin embargo, la felicidad se vio empañada por la presencia de mis desagradables tíos, quienes hicieron su aparición.
Entre ellos se encontraba mi tía Bao Lin, conocida por su ambición y críticas desafavorables hacia mis padres.
Desde el patio, observé a mi primo, un niño hermoso de rasgos adorables y finos. Aunque nuestra relación era tensa debido a mis tíos, él era el único que toleraba.
Pero impresión hacia él, se desmoronó cuando Huan Lin, mi primo, demostró ser igual de desagradable que mi tía. ¡Incluso peor! La pequeña escoria atacó a mi querido Peluza.
¡Te daré una lesión, pequeño demonio!
-"¡Suelta a Peluza de Algodón!" grité mientras tomaba una rama para defender a mi gato. Peluza se liberó arañando a Huan y escapó.
Peluza huyó a las calles, y yo lo seguí corriendo.
Un auto casi me atropella, pero un niño valiente me salvó y me entregó a Peluza en mis brazos.
Agradecida, me acerco a él con una sonrisa cortés, mostrando genuino interés en conocerlo mejor. "¿Cuál es tu nombre?" pregunto con amabilidad, pero el niño me ignora por completo y desaparece de mi vista. Mis padres, preocupados por mi bienestar, me rodean con sus brazos.
Pero el rostro del niño que me había salvado la vida seguía grabado en mi mente, imposible de olvidar.
Su acto valiente y desinteresado resonaba en mis pensamientos, dejando una impresión imborrable.
Con una sonrisa maliciosa en los labios, decido que es hora de tomar represalias contra mi primo por haber lastimado a mi precioso Peluza de Algodón. La venganza está en marcha....¡Esto no iba quedar impune, pequeño demonio!.
El abuelo organizó una ceremonia familiar de bienvenida para nosotros, invitando a mucha gente importante.
Todos estaban emocionados y expectantes, pero yo tenía un plan en mente. ¡Tenía que vengarme del pequeño demonio, mi estúpido primo!
Observaba con disimulo a Huan Lin, sabiendo que pronto llegaría mi oportunidad de hacer justicia por lo que le hizo a mi querido Peluza de Algodón.
La atmósfera estaba cargada de emoción mientras los invitados se acomodaban en sus asientos y la ceremonia daba comienzo.
Entonces, como si el destino estuviera de mi parte, mi primo Huan se subió al escenario para participar en una de las actividades.
Con rapidez y , escondida detrás del escenario, corté el hilo transparente que sostenía un balde. Me aseguré de estar cerca del escenario, lista para actuar en el momento justo.
Y entonces sucedió: mientras Huan estaba en el escenario, un balde lleno de... bueno, digamos que no era precisamente agua limpia, se volcó sobre él.
La popo de los cerdos, como si fuera una especie de karma, cubrió a mi primo por completo, dejándolo en un estado lamentable y completamente avergonzado frente a todos los presentes.
Mi corazón emocionado por la venganza y satisfacción mientras observaba la escena, sabiendo que mi venganza se había completado con exito. Ese pequeño demonio ya no querrá meterse con mi pequeña peluza de azucar.
Mientras los murmullos y las risas se extendían por el patio, detrás del escenario, no pude contener mi emoción y grité con entusiasmo: ¡Este es el gran espectáculo que todos esperaban! ¡El cerdo volvió a su charco de lodo!
Mi burla resonó en el aire, mezclándose con los sonidos de la celebración. Sabía que mi comentario añadía un toque de humor a la situación, y me sentí satisfecha al ver la reacción de la gente, que estalló en risas aún más fuertes.
Había conseguido mi venganza de una manera ingeniosa.
Con una sonrisa traviesa en el rostro, observé cómo mi primo intentaba limpiarse, pero la mancha de su vergüenza era imborrable.
Sin duda, entre sus amigos, mi primo sería recordado como "el cerdito que vuelve a su charco de lodo". Este vergonzoso incidente se convertiría en una anécdota que perduraría en la memoria de todos, y su apodo reflejaría su momento más humillante.
Mi sonrisa no duró mucho, mis padres me pillaron con las manos en la masa, y sabía que vendría un gran regaño. Sus miradas severas confirmaron mis sospechas. Estaba claro que mi travesura no pasaría desapercibida y yo tendría que enfrentarme a un gran castigo.
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Me rehúso ser el segundo tropo del protagonista masculino
Short StorySinopsis: Mei Lin, Esta profundamente enamorada de su compañero de clase, Jian Wu, quien resulta ser el heredero de una familia millonaria, lucha durante años por captar su atención, pero sus esfuerzos resultan en vano. Agotada decide empezar de nu...