Me rehúso ser el segundo tropo del protagonista masculino

Capitulo 17: examen sorpresa y preparar maletas!

Después de una serie de derrotas en las siguientes batallas del torneo, las chicas, deciden abandonar el lugar

-"Chicas, parece que las cosas no están saliendo como esperábamos en el torneo, Tenemos que concentrarnos en estudiar para este examen sorpresa", dijo Mei Lin, tratando de infundir ánimo en el grupo.

-"Exacto, el torneo es importante, pero nuestras calificaciones también lo son. ¡Vamos a estudiar duro y demostrar lo que podemos lograr en este examen!", agregó Gaby.

Las chicas, decididas a superar el examen sorpresa de anatomía, llegaron en el departamento 47 y comenzaron a sacar sus libros y apuntes.

-"Vamos chicas, tenemos que concentrarnos. Empecemos con los músculos del cuerpo humano", sugirió Mei Lin mientras abría su libro de texto.

-"¿Recuerdan el músculo bíceps braquial? Es ese que se flexiona cuando levantamos pesas", recordó Krystal, señalando la ilustración en su libro.

-Hanna, con un marcador en la mano, agregó: "Y el músculo trapecio, ¿no es ese el que se activa cuando encogemos los hombros?"

-Gaby asintió, concentrada en sus apuntes. "Exacto. Y el músculo cuádriceps femoral es el que usamos al correr y saltar".

Mientras repasaban los músculos y las funciones de cada uno, las chicas comenzaron a cantar su propia versión de una canción popular, adaptada para recordar los nombres y ubicaciones de los músculos.

-"¡Bíceps, tríceps, trapecio y deltoides! ¡Latissimus dorsi, glúteos y cuádriceps femorales!", cantaban en coro, utilizando la música para ayudarles a memorizar la información.

Mientras estudiaban, las chicas se animaban entre sí y encontraban formas creativas de memorizar la información.

Desde hacer acrósticos hasta inventar rimas y canciones, se ayudaban mutuamente a retener el material.

Con el tiempo pasando y la presión del examen aumentando, las chicas se esforzaron al máximo para asegurarse de estar preparadas para el examén sorpresa de anatomia.

Las chicas, con ojeras evidentes por la larga noche de estudio, ingresaron al salón de clases donde se llevaría a cabo el examen sorpresa de anatomía.

A pesar del cansancio que pesaba sobre sus hombros, estaban dispuestas a responder bien el examen.

Una a una, tomaron sus asientos asignados y esperaron nerviosas a que el examen comenzara.

El ambiente en el salón estaba cargado de tensión, mientras los estudiantes se preparaban para poner a prueba sus conocimientos.

El profesor anunció el inicio del examen y las chicas comenzaron a hojear el papel, encontrando una serie de preguntas desafiantes sobre los músculos, huesos y órganos del cuerpo humano.

A pesar del agotamiento evidente en sus ojeras, se concentraron en responder con precisión y rapidez, aplicando todo lo que habían estudiado durante la noche.

El tiempo pasó volando mientras las chicas trabajaban en contestar correstamente en el examen.

A medida que completaban cada pregunta, sentían un ligero alivio, pero la ansiedad seguía presente, preguntándose si habían recordado todo correctamente.

Finalmente, el profesor anunció que el tiempo había terminado y recogió los exámenes.

Las chicas se levantaron de sus asientos, sintiendo un peso levantado de sus hombros, pero también una sensación de incertidumbre sobre cómo les había ido en la prueba sorpresa.

Con el examen detrás de ellas, las chicas salieron del salón de clases y se dirigieron a casa, exhaustas pero orgullosas de haber respondido todas las preguntas.