—Entiendo, de igual forma, no se hubiese molestado en venir a la comisaria. Estamos al tanto de la situación de su hija y del mal momento que atraviesa—hizo saber el hombre denotando comprensión en su voz—. Su esposo nos explicó la situación, por lo que luego un oficial se dirigiría a su residencia para tomar la respectiva declaración.
—Muchas gracias por su comprensión, pero no es por eso que estamos aquí. De hecho, se está cometiendo un error con mi hijastro.
—¿Error?
—Si—Izayoi se armó de valor para decir lo siguiente—, es inocente de lo que se le acusa.
—Creo que no estoy entiendo, señora Taisho.
—Mi hija vino a dar fe de que Sesshomaru nunca la ha tocado, además de que está dispuesta a hacerse todos los exámenes necesarios para probar su inocencia.
Ciertamente, aquel policía no se esperaba una declaración de ese estilo, pero rápidamente se dispuso a cumplir con su trabajo y tomar el testimonio de la chica.
—¿Entonces, según lo que comentas tu hermano nunca abuso de ti?
—Nunca—respondió Rin al instante—. Sesshomaru es la persona más buena y atenta que conozco, es mi amigo y el único que ha estado a mi lado en mis momentos más duros.
—Pero tu padre dijo haberlos encontrado en medio de una situación comprometedora. Él testificó que tu hermano estaba abusando de ti cuando los encontró, además, de que al parecer aquella no era la primera vez que eso sucedía.
—¡Eso es completamente falso!—se alteró la joven. No podía creer que su padre fuese capaz de decir tantas mentiras.
—Señorita, mantenga la compostura, por favor.
—Lo siento, es que no puedo creer que mi padre haya dicho algo semejante.
—Entonces, ¿su padre miente?
—Así es.
El oficial la miro con suspicacia, podía intuir que algo no estaba del todo claro.
—¿Quiere decir que nunca hubo un acercamiento amoroso entre ustedes?
Rin se quedó en silencio y miro disimuladamente a su madre. Sabía que cualquier palabra que dijera en ese momento, podía perjudicar a Sesshomaru.
—¿Es mentira que se besaban?—presiono el policía al ver su cohibición.
—Eso… eso es cierto, pero no en las condiciones que mi padre relata.
—Bien.
Aquel hombre tomó una serie de apuntes, mientras la jovencita sentía sus manos temblar de pura ansiedad. Al poco tiempo, se levantó dando por concluida aquella declaración.
—¿Van a soltarlo?—Rin se apresuró a preguntar.
—Lamento informar que no es tan sencillo como parece, señorita. Su declaración está tomada, ahora resta hacer un examen psiquiátrico que nos permita descartar que usted no está bajo ningún influjo. Además, también debe hacerse una prueba física para evidenciar si hubo abuso o intento de uno.
—Entiendo, pero luego que se compruebe que no hubo tal abuso, ¿podrá salir en libertad?
—Eso lo decidirá un juez, recuerde que fue su propio padre quien hizo la denuncia. Tener una relación amorosa con una menor, sigue siendo un delito.
Rin sintió que el mundo se le venía encima, no podía ser, necesitaba hacer que sacaran a Sesshomaru cuanto antes.
[…]
—Hey tú, tienes una visita—un guardia lo señalo a través de la celda con su garrote.
—¿Visita?
Sesshomaru llevaba una semana encerrado en ese lugar y hasta el momento nadie había ido a verlo.
—Apresúrate, que te quedan cinco minutos.
El hombre se apresuró a seguir a aquel guardia a una habitación destinada para ese tipo de situaciones. Era un cuarto pequeño que poseía una mesa en el centro y una silla a cada extremo. Luego de ocupar su respectivo asiento, espero expectante a que apareciera la persona que había ido a visitarlo.
—Izayoi…—dijo con sorpresa al divisar a su madrastra.
—Sesshomaru, hijo, ¿qué te han hecho?—gimió la mujer con dolor al contemplar su rostro magullado por los golpes de los que había sido víctima en su primer día en ese encierro.
—Esto no es nada—le restó importancia—. ¿Qué haces aquí? No creo que mi padre este contento con que hayas venido a verme.
—Tu padre no lo sabe, pero de saberlo tampoco me importaría lo que piense. Sesshomaru, vine aquí para decirte que estamos haciendo todo lo posible para sacarte de este lugar.
—¿Haciendo? ¿Quiénes?
—Rin y yo… Ella fue a declarar y se hará todos los exámenes necesarios para probar tu inocencia.
—¡Por Dios, Izayoi, no quiero que se involucre más en esto! Debería solamente preocuparse por volver a caminar.
—La conoces, ella no tendrá paz hasta que estés fuera de la cárcel. Pero al parecer no será tan fácil sacarte, así que…—la mujer se calló por un momento antes de decir la verdadera razón de su presencia—. No tuve más opción, Sesshomaru. Llame a tu madre.
—¿A mi madre? ¿Pero por qué hiciste eso?
—Irasue es la única con el poder suficiente para sacarte de este encierro. De igual forma, en algún momento se iba a enterar, las noticias vuelan.
El hombre hizo una mueca ante la idea de que su madre viniera a sacarlo de la cárcel. Ciertamente, ella tenía el poder, pero sabía que eso le costaría muy caro.
—No debiste decirle…
—Ya está hecho. Resiste, por favor. Saldrás de aquí pronto—sonrió la mujer de aquella forma maternal que siempre solía utilizar.
—Se acabó el tiempo—el guardia entro, dispuesto a dar por concluida la visita.
—Nos vemos pronto—se despidió Izayoi de su hijastro.
La imagen de aquel Sesshomaru desaliñado le provoco mucho dolor, esperaba haber tomado la decisión correcta para probar su inocencia muy pronto…

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El placer de lo prohibido
FanfictionEl amor no siempre es aceptado, en algunas ocasiones, se convierte en algo prohibido que no debe ser experimento, sin embargo, el placer que se consigue en esas prohibiciones hace del amor algo mucho más intenso. Las circunstancias los convirtieron...