Se instalaron en la casa de Chicago, se dieron una ducha y salieron directos a la prisión donde tenían encerrada a María.
-¿Estás seguro que quieres verla? - lo miró preocupada Nickole
-Sí. Estoy muy cansado de toda esta mierda.
-Pero...
-Lo sé. Pero quiero arreglar esto y poneros a salvo.
Entraron y fueron a la recepción. Hicieron la petición de visita y un policía se acercó a ellos
-¿Están seguros? Miren que si está aquí es por un daño que les hizo a ustedes y lo último que queremos es que...
-Lo sabemos - lo interrumpió Chris - Pero recibimos amenazas y años después secuestraron a mi mujer y le pegaron un tiro a mi hijo. Necesito hablar con ella.
-Tendrán quince minutos y sólo podrán hablar con ella a través de el cristal, ¿sí?
-Bien - asintió Chris y agarró a Nickole de la mano mientras los acompañaban a una cabina.
En cinco minutos, María apareció al otro lado del cristal.
-¡Chris! ¿me echabas de menos? - sonrió tocando el cristal
-Cállate y escucha. No estoy aquí para aguantar tus tonterías.
-¡Nicky! ¡Qué alegría verte tan bien!
-Da gracias a que hay un cristal de por medio - dijo Nickole poniéndose justo enfrente de ella en el cristal - Escúchame atenta: ¿a quién cojones mandaste a secuestrarme y a matar a mi hijo?
-¿El pequeño Rob está muerto? - preguntó María sorprendida
-Sí - mintió Nickole - Y cuando me entere de quien ejecutó la orden voy a buscarle y le voy a matar lenta y dolorosamente.
-Yo no mandé a nadie a matar a Rob...yo sólo quería llamar la atención de Chris... te mandé a secuestrar, sí, pero nunca dí la orden de matar a Robert.
-¿Me estás diciendo que lo que le pasó a mi hijo es algo que pasó porque tú querías llamar la atención de mi marido?
-Nunca quise que mataran a Robert, Nicky. Ni siquiera quise que te mataran a ti
-¿Me estás diciendo entonces que tú eres la culpable? - empezó a gritar Chris - ¿Me estás diciendo que secuestraste a mi mujer y le dieron un tiro a mi hijo por un capricho tuyo?
-Chris, por favor... - empezó a llorar de el miedo María - No quería que le hicieran nada a Robert.
-Sin embargo, le pegaron un tiro a mi hijo y mis amigos tuvieron que ir a sacar a mi mujer de un puñetero zulo. Casi me muero de un infarto, y no, Robert no está muerto, pero estuvo a punto de morir y está ingresado en un hospital. Casi veo morir a mi hijo, y casi me muero yo por pensar que perdía a dos de las personas más importantes de mi vida. ¿Cuál es tu problema, enferma?
-Chris...de verdad que yo no...
-Vete a la mierda. Ya puedes decirle a quien quiera que fuera que le voy a encontrar y cuando le encuentre, si mi mujer no lo hace antes, voy a hacer que me pida que le mate.
-Yo puedo decirte quien es. Puedo darte sus datos. No quería que disparasen a Robert.
-Vuelves a decir el nombre de mi hijo, y cuando salgas te estaré esperando con una pistola cargada a veinte metros de esta maldita cárcel para pegarte un tiro entre los ojos.
-No, está bien. Yo te digo quien fue. - temblaba - Espero que tu hijo se ponga bien... - escribió algo en un papel - Era una compañera de celda, lo hizo por un dinero, para que sus hijos tuvieran que comer...
-Hasta generosa y todo has resultado...
María deslizó el papel y Chris lo recogió.
-No quiero volver a saber de ti en mi vida, ¿me oyes? Te acercas a mis familia aunque sea a un kilómetro y te mato.
Agarró la mano de Nickole de nuevo y salió de ahí con ella.
Al llegar a casa, Chris se tiró en el sofá y se puso a llorar
-Ya, mi vida...- lo abrazó Nickole
-¿He estado mal? ¿ Me he pasado?
-No, mi amor. Sabes que yo hubiera sido peor. Has hecho bien. Sólo defendías a tu familia.
-Sí, eso es lo único que quiero.
-Me ha encantado ver como defendías a Rob. ¿Estáis bien por fin?
-Nicky, mi vida...- le acarició la mejilla - Puedes estar tranquila en ese aspecto, ¿sí? Rob y yo ya hemos hablado y hemos quedado bien.
-¿Seguro?
-Sí, mi amor. Ese pequeño quiere ver a su familia feliz. Sobre todo a su princcippessa
-Ese niño es mi vida.
-Luego dices que no tienes favoritos...
-¡No los tengo!
-El tuyo es Rob y el mío es cada día más el rubio hermoso.
-¡No hagas eso! Siempre has dicho que tus favoritas son tus hijas
-Supongo que según el que me necesite.
-Rob nunca será tu favorito, no mientas.
-Escúchame, Nicky. Rob es mi primogénito. En el momento en el que yo vi a nuestro hijo con un tiro, desangrándose y buscando a su mamá, se me cayó el mundo. Lo único que quería es morirme yo y que él se salvase. Si me necesita, va a ser mi favorito. Si Rob se hubiera muerto...
-Ey- sonrió - Está bien. Estamos todos bien. Y ya sabemos a por quien tenemos que ir. Oye, no sabía que podías ponerte así de serio.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que creía que era yo la que se ponía así con las cosas.
-Ya te he dicho muchas veces que nos parecemos más de lo que quieres admitir - la besó
-¿Qué quieres comer? Hago lo que te apetezca, va.
-Cariño - la abrazó más fuerte - Eres el tesoro más grande que la vida me ha dado. Cada día te amo más.
-Ey¿a qué viene eso?
- A qué cada día que pasa me cuidas más, me quieres más, me consientes más, me besas más...
-...te hago menos el amor...
-No, eso no es así. Estoy muy contento con usted, señora Evans.
-Mentiroso.
-Te amo - la volvió a besar
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Cuando el destino está escrito (secuela)
FanfictionDespués de volver a Boston, Chris y Nickole empiezan de nuevo con sus cinco hijos.