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Cuando llegaron de el restaurante  , los chicos se fueron a sus habitaciones y Nickole se tumbó en el sofá.

-Mama- volvió al comedor Christopher a verla - Vamos, papá te espera en la habitación.
-Ahora subiré.
-Ey...si no subes, yo haré que él baje.
-Quiero estar sola un momento. No quiero que papá pague mis cosas. Al irnos me he portado mal con él...
-Esta bien. Buenas noches- besó su cabeza y subió las escaleras.

Después fue a la habitación de sus padres y tocó.

-¡Pa! Mamá esta en el sofá intentando calmarse porque dice que no quiere portarse mal contigo porque antes de irse lo ha hecho. Ves a por ella, por favor.
-Por supuesto - salió Chris de la habitación- Gracias, Chris - sonrió y bajó a la sala.

Cuando bajó, la vio tumbada mirando al techo.

Se acercó a ella y la miró, sonriendo

-¿Cómo se puede ser más bella cada día? ¿Cuál es el secreto?
-Chris...- abrió sus manos para que él la abrazase
-Mi Nicky...-la abrazó- Siento mucho si te he hecho sentir mal esta mañana
-No, yo también me he pasado. Me he puesto súper egoísta con el tema del bebé.
-Y yo también. - la besó - Te he hecho daño. No quiero que me dejes y te vayas con otro que quiera darte un bebé.
-No tendría un bebé de alguien que no fueras tú.
-Eso ha dicho Kristin. Pero yo solo quiero... no quiero que  me dejes...he sentido como si te hubiera roto el corazón, hoy. Te has ido si  besarme,  sin llamarme por un apelativo cariñoso y llamándome Christopher.
-Estoy muy triste...
-No...dijimos que eras feliz conmigo.
-No eres el problema. El problema es que me hago mayor. Y mis cachorros se hacen mayores igual que lo hice yo. No sé qué voy a hacer cuando se vayan y tenga que verlos una vez al año solo por Navidad.
-Estaré yo. Estarán las gemelas.
-Ojalá y puedas durarme hasta que me muera.
-No tengo pensado irme aún- sonrió para abrazarla más fuerte - ¿Qué tal ha ido con los cachorros?
-Tienen muchas fans, ¿lo sabías?
-Tienen muchas fans...- sonrió
-Sí.
-¿Y qué ha pasado?
-Howie se ha levantado y ha empezado a hacerse fotos con la gente. Rob sonreía mientras grababa y Chris...
-...¿Chris?
-...no se ha separado de mi.
-Creo que se siente mal después de lo de esta mañana.
-Sí. Me lo ha repetido mucho. Cree que estoy triste por su culpa y realmente no es su culpa.
-Es el que ha venido a pedirme que bajase a buscarte.
-Vamos a la habitación, entonces.

Al día siguiente, el timbre despertó a Nickole que bajó corriendo a abrir.

-¡Nicky! - la saludó una chica
-¡Tamera! - la abrazó - ¿Traes la ropa de mi familia?
-Toda menos la última que habíamos hablado. Esa está aún en proceso.
-Osea que tengo todas, ¿incluso la de las gemelas?
-Sí. Las de las gemelas - repasó la lista - La de Rob, Christopher, Kristin, tuya y Chris.
-Bien. Todo. Quiero que esté cuanto antes disponible lo que pedí. En nada tenemos un estreno y necesito esa ropa.
-Tranquila. Creo que en un par de semanas, la tendrás aquí.
-¿Necesitas algo o ya vuelves a New York?
-He venido yo para verte, pero jefa, tengo que volver hoy mismo.
-Bien. Un día os invitaré a ti y a tu mujer a comer a casa.
-¿Quieres decir?
-Si. Kristin ya trae chicas a casa. Esta última es...peleona.
-Pero, ¿trata bien a Kristin?
-Oh, sí. No tengo problema con eso. Quizás se parezca algo a Chris...Medio celosa y protectiva pero muy cariñosa.
-Ah, se parece a Chris...- sonrió
-En ese aspecto, sí. Y no me extraña, por que Kristin adora a su padre.
-Solo Kristin...- sonrió
-No, claro que no.
-He escuchado mi nombre un par de veces - bajó Kristin medio dormida
-¡Waw! -abrio los ojos Tamera - Creo que no hay dudas de que es hija tuya.
-No,claro que no- dijo Nickole antes de abrazar a su hija- Ya ha llegado tu ropa, mi vida.
-¿Incluso el vestido de fiesta que pedí?
-Incluso ese.
-Papá no sabe qué en Eucalipto hay vestidos también, ¿verdad?
-No.
-Dime que estáis más tranquilos.
-Sí - sonrió - Mira, Kristin. Ella es Tamera. Lleva quince años casada.
-Si no es indiscreción: ¿chico o chica?
-Una mujer maravillosa - sonrió Tamera - Cómo tú, ¿verdad?
-Sí- sonrió Kristin - Kelsey es maravillosa. Ma, escogí ropa para mí de tu colección.
-Lo sé, yo misma di el visto bueno.
-¿Los taconazos?
-Hay cosas que no cambian, ¿verdad? - preguntó Tamera
-Sí, ya lo puedes decir. ¿Vienen los taconazos?
-Vienen los taconazos - sonrió Tamera - Os dejo, Nickys bonitas, me esperan en New York.
-Conduce con cuidado - dijo Nickole - Y dale recuerdos a tu mujer - cerró la puerta.
-La caja es enorme - dijo Kristin al mirarla fija
-Viene la ropa de todo el mundo.
-¿Te ha dejado el carrito?
-Claro, es mío. Es de mi empresa. Necesito llevar esto al despacho. Allí voy a seleccionar y guardaré la ropa en las habitaciones. Por favor, que todo el mundo baje a desayunar para que pueda guardar las cosas.
-Si, mami.

Cuando el destino está escrito (secuela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora