Cuando el destino está escrito (secuela)

Una nueva vida

Meses después, cuando Nickole salió de el hospital, aprovechó para ir con Tasha a dar una vuelta a las que iban a ser las oficinas en Boston de Koala Print.

-Este va a ser tu despacho - sonrió Nickole al enseñárselo.

-¡Waw! - abrió sus ojos de el todo al verlo - ¿Esto es para mí?

-Oh, sí...este es un despacho solo para ti. Por no decir que cuentas con ropa gratis todos los meses. Y por ser tú, serán más de tres prendas. Hay cositas de la primera colección se Rob que creo que a Chris le quedarían genial.

-No sabes como me alegro de haberte recuperado - la abrazó fuerte

-Y yo de no tener que olvidarme de nadie todos los días.

-¿Fuiste a la tumba de Morgan?

-No. La madre me llamó y me dijo que no se me ocurriera pasar por ahí y después de lo que le quiso hacer a mi pequeña yo solo quiero que se pudra en el infierno.

-¿Cómo va con Chris?

-Verás...la premenopausia...estoy esperando otro bebé. Y ya lo he confirmado con un doctor. Todo está bien, mi bebé está creciendo sano dentro de mí.

-¿En serio? ¡Nicky! ¡Tu querías un bebé! - la volvió a abrazar

-Sí. Pero tengo miedo Tash. Chris no quería más, no sé cómo vaya a reaccionar cuando se lo diga.

-Se va a alegrar.

-El tiene sesenta y dos años y yo cincuenta...me da miedo.

-¿Te acuerdas de esa señora que fue madre con setenta y dos años? Todo va a ir bien.

-Eso espero. Sobretodo que Chris lo acepte.

-Lo va a aceptar, verás que sí. ¿Sabes lo que es?

-Es un niño. Si todo sale bien, pienso llamarlo Kevin.

-¿Kevin?

-Kevin Howard Evans.

-Me encanta.

-Sí...espero que tenga una buena acogida, mi bebé - se puso a llorar

-Nicky...

-Ma, ¿Estás embarazada? - entró Robert

-Rob, cariño...- fue a hablarle

-Eso es maravilloso, ¿no? Tú querías un bebé. ¿Está todo bien? - acarició su barriga

-No se lo digas a papá, por favor.

-¿Por qué no?

-No sé cómo vaya a reaccionar.

-Yo estaré contigo si él no lo acepta. Aunque dudo mucho que no lo acepte.

-Por favor, Rob...no le digas nada a nadie.

-Yo te cubro, pero se van a acabar enterando. Creo que deberías hablar con tu viejo hermoso antes de que se entere por otra parte.

-Lo sé. Tengo miedo, Rob.

-Si te hace daño, le partiré la cara.

-Rob...- lo abrazó