Cuando el destino está escrito (secuela)

En casa de los Richardson

Cuando los Evans llegaron a la puerta de casa de los Richardson, Kristin los recibió.

-¡Mami! - la abrazó - Te necesito tanto...

-Hola, mi vida. Entrad.

Todos entraron y los niños abrazaron a su abuela.

Kevin bajó por las escaleras y fue directo a Nickole

-¡Papá! - lo abrazó fuerte

-¿Estás mejor?

-Infinitamente mejor- besó su mejilla

-¿Quién quiere ir a la piscina?

Christopher y Kristin salieron corriendo, pero Rob abrazó a su abuelo

-Scotty, ¿cómo estás, campeón?

-Ya quería verte. ¿Verdad que mamá es la mejor de el mundo?

-Tu madre es lo mejor de el universo.

-Entonces, ¿qué hace con mi padre?

-Scotty, no podemos hablar mal de tu padre. Me salvó la vida, ¿Recuerdas? Él le da vida a tu madre. De algún modo, papá hace que mamá siga viva.

-No lo había pensado así...

-¿Dónde están mis niñas? - pregunto Chris a Kristin

-En la piscina - sonrió

-Entonces, iré a cambiarme y después iré con ellas - besó a Nickole y subió las escaleras

-¿Cómo estás, cariño? - abrazó Kristin a Nickole

-Molida. Te necesito mucho, mamá.

-¿Está todo bien?

-Sí - sonrió - Pero me hace falta hablar contigo, saber como estás, abrazarte...

-Estoy siempre aquí para tí. ¿Quieres un café?

-¡A eso me refiero! - sonrió - Vamos a por un café

Rato después, Nickole se fue a cambiar para bajar con sus hijos y su marido a la piscina.

-¡Tasha! ¡Susan! - las llamó

-¡Mami! - corrieron las dos hacia ella para abrazarla

-¿Cuando habéis crecido tanto?

-Mami, ¿sabes que? Se me ha caído un diente - dijo Susan enseñándole la encía vacía.

-¡Te estás haciendo grande!

-Mami - dijo Tasha - ¿Dónde está Nicky?