Cuando el destino está escrito (secuela)

El despertar de Rob

Rob todavía no había despertado cuando Tasha llegó con Nickole

-Pequeña...- la abrazó Nickole

-¿Estás bien, tía Nicky?

-Sí, mi amor. Y Rob va a estar bien también. Necesito que lo cuides mientras yo voy a quitarme este vestido y darme una ducha, ¿sí?

-Siempre.

-¡Esa es mi niña! Si Rob despierta, dile que mamá está bien y que no tardará en volver.

La pequeña Nickoke asintió y Nickole salió de la habitación de la mano de su marido.

-¿Alguna idea de quienes eran? - Le preguntó Chris

-No. Si la tuviera, ya estarían muertos.

-Ey...- la cogió de la cara - Tú cachorro está bien. No somos asesinos, ¿recuerdas? - la besó - Ahora, usted se va a dar una ducha y va a comer algo.

-Sí, señor.

-Así me gusta - la volvió a besar - Te amo.

Minutos después, Rob despertaba.

-¿Rob? - sonrió la pequeña Nickole

-¿Nicky? ¿Qué haces aquí, cariño? ¿Dónde está mi padre? ¡Mamá! - se sobresaltó e hizo una mueca de dolor.

-Tranquilo. Tu madre y tu padre están bien.

-¿Ha aparecido mi madre? - sonrió - Gracias a Dios...

-Han ido a darse una ducha y cambiarse de ropa.

-Bien. Quédate conmigo, entonces- le besó la mano

-Claro que sí.

Mientras, Chris y Nickole.

-Con todo esto,  ni siquiera me has dicho si te gustaba como me queda el vestido.

-Mi amor...si no estuvieran los niños en la habitación...- le tocó el trasero

-¿Así de bien? - sonrió

-Y mucho más. - Le apretó las nalgas

-Hoy no, Chris. Quiero volver a ver a mi niño.

-Lo sé, tranquila.

Chris escribió a Scott y Scott le dijo que estaba con los niños en la piscina.

"No subáis a la habitación hasta que no os avise"

Entraron en la habitación y la vieron vacía.

Nickole no vió a sus hijos, y Chris cerró la puerta con seguro.

-¿Dónde están?

-Con Scott en la piscina - le empezó a besar la espalda

-¡Chris! - sonrió ella

-¿Querías saber como me pones con ese vestido? Yo te enseño como me pones con ese vestido- rozó su erección con el trasero de Nickole

-¡Diós mío, Chris! - se giró y le tocó la entrepierna- ¿Qué es esto?

-Estás muuuuy buena con ese vestido.

-Me encanta que te guste - se subió a las caderas de Chris - Pero me gusta más lo que hay en tu pantalón ahora mismo.

-¿Lo quieres?

-¡Oh Dios! ¡Sí!

- A sus ordenes, señora Evans - la tiró encima de la cama para después desnudarla mientras la besaba - Usted es mía y solo mía. No puedo evitarlo. Soy muy egoísta con usted, señora Evans - besó su cuello