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Lali.

Maquillaje, brochas, lápiz labial.

Perfume, accesorios, joyas y, por último, una sonrisa.

Aparentar que nada importa, que la opinión pública no tiene relevancia para mí.

Lo he hecho durante los últimos dos años, debería ser sencillo, excepto que no lo es.

Las luces del set en el que me encuentro se iluminan y entrecierro los ojos cuando me enfocan.

—¡Démosle una calurosa bienvenida a la artista favorita del año...! —la voz del presentador consigue instalar una sensación nerviosa en todo mi organismo—. ¡Lali Esposito!

Coloco una sonrisa en los labios recibiendo la ola de aplausos y vítores que el público lanza hacia mí.

Avanzo a paso seguro por el espacio, elevo una de mis manos a forma de saludo a la audiencia y eso solo hace que los gritos aumenten.

Jimmy Carson, el famoso presentador de televisión me recibe con una sonrisa espléndida. Se incorpora de su bonito asiento y se acerca. Acepto el corto abrazo que me ofrece y le correspondo la sonrisa.

—Lali, es un placer tenerte con nosotros —dice señalando el lugar.

—El placer es mío al haber sido invitada —admito—. Me siento afortunada de estar aquí hoy.

—Y puedo asegurarte que no será la única vez —confiesa—. Ahora dinos, hay rumores sobre que estás trabajando en un nuevo álbum, ¿es eso cierto?

—Hay mucho material que estoy ansiosa por compartir con mi público —confieso mirando a la audiencia—. Espero poder lanzarlo pronto para que todos puedan disfrutarlo.

—¿Hay alguna dedicatoria especial esta vez? —cuestiona con curiosidad.

—Mi familia se mantiene como los afortunados —sentencio con una sonrisa.

—¿No hay nadie más? —me tenso un poco al entender lo que pretende—. Hace poco salieron algunas fotografías tuyas con tu baterista, ¿es eso un indicio de una posible futura relación seria?

—Harry y yo solamente somos amigos —respondo—. No tengo planes de tener una relación con él, ni con cualquier otro chico por ahora.

—¿Así que planeas disfrutar tu soltería? ¿Así como vienes haciéndolo hasta ahora? —sé que no es su intención ser entrometido, o tal vez sí, pero quiero convencerme de que es la primera opción.

—Me gusta mi libertad —admito encogiéndome de hombros—. Creo que cuando el momento llegue, entonces no tendré objeción.

Jimmy asiente, el tiempo correspondiente pasa entre preguntas curiosas, algunos cuestionamientos dados por el público y varias novedades que estaba autorizada a dar como medio de publicidad.

Cuando el tiempo programado finaliza, Jimmy me despide de la misma forma amable en la que me recibió, y una vez lejos de las luces y cámaras, me siento aliviada.

—Estuviste excelente —Euge se acerca con una sonrisa orgullosa—. Esa es mi chica.

—Nuestra chica —corrige Marcus—. Muy bien, Lali, ojalá así te comportaras siempre.

Resoplo.

—No arruines mi momento —le reclamo y el ríe.

Me escoltan hacia la salida del pasillo, Marcus parece haber olvidado su molestia por el artículo de Harry así que me alivio tan solo un poco.

Es realmente molesto el hecho de tenerlo detrás de mí responsabilizándome por algo de lo cual no tengo ninguna culpa, o bueno, tal vez solo un poco, el haber dicho que sí.

365 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora