Peter
A mitad de camino el señor Esposito ordenó que llevásemos a Lali al hospital. No a cualquiera, parecía ser una especie de hospital demasiado privado en donde la entrada estaba custodiada por varios guardias, y los muros altos impedían ver el interior.
Jorge tuvo que identificarse al entrar, y apenas mencionó el apellido todos se movilizaron.
Me siento más ansioso cuando los enfermeros apartan a Lali de mis brazos, su temperatura ha bajado considerablemente y su piel ha adquirido una tez más pálida.
—¿Qué fue lo que ingirió? —cuestionan.
—No lo sabemos, debió ser alguna droga de fácil disolución en la bebida —habla Jorge. Da los últimos datos de la frecuencia cardiaca y el tiempo que hemos demorado en llegar.
—Estará bien atendida, no se preocupen —dice la mujer que se presenta como el medico de cabecera de Lali.
Mi corazón martillea con fuerza contra mi pecho cuando observo como ingresan a Lali en la camilla, una sensación de pesar me envuelve mientras me siento tan frustrado conmigo mismo.
Jorge se aparta cuando su celular suena, supongo que es el padre de Lali por la forma en la que saluda, pero no consigo escuchar más. Mi mente no deja de repetirme que esto es mi culpa, yo la llevé a esa fiesta, fui yo quien la dejó sola.
—Deja de culparte —Jorge habla de nuevo —no tenías forma de saberlo.
—Debí cuidarla mejor —suelto un suspiro torturado —no debí dejar que fuera sola.
—Escucha, Peter, los únicos culpables aquí son esos dos —su voz adquiere un tono de molestia mientras habla —no tenías forma de saber que intentarían drogarla y abusar de ella.
Mi pecho se contrae con furia al escuchar las ultimas tres palabras, no entendía que tan mal debían estar como para provocarle algo a eso a Lali. A ella, quien no les ha hecho absolutamente nada a ninguno de los dos.
No tengo oportunidad de responder, los pasos apresurados y las voces fuertes se escuchan y la llegada del señor Espsoito acapara toda la atención.
—¿Cómo está? —su voz brota llena de preocupación, mira a Jorge por algunos segundos antes de centrar la atención en mí —¿Cómo no te diste cuenta? ¿Cómo tres cabrones tenían a mi hija en una habitación y no te diste cuenta?
—Señor Esposito...
—¡Confío en ti para que cuides de ella! —brama y Jorge se interpone entre nosotros cuando se acerca a mi cuerpo —¡Confío en ti para que protejas a mi niña!
—Cariño...—la madre de Grace habla con suavidad consiguiendo la atención de su esposo —no es su culpa, Peter no tenía forma de saberlo, ¿cierto, Peter?
—Fue al baño —hablo —insistió en que no la acompañara, fueron menos de dos minutos, lo juro. Estaba buscándola cuando Jorge entró a la casa. Lo siento, sé que debí cuidarla, pero...pero no imaginé que alguien pudiera hacer algo en su contra.
—¿Jorge?
—El tiempo coincide —dice el guardia —y fue Peter quien la sacó de la casa sin ocasionar que la vean. Señor Esposito, no fue culpa suya.
—Pero sabes quienes, ¿no? —cuestiona —esa ex novia tuya y el chico, Arthur.
Asiento
Él suspira y pasa la mano por su cabello en un gesto frustrado.
—Esperaremos los informes de los médicos, Bill está en camino, cuando tengamos el informe completo procederemos —dice con firmeza hacia el guardia —¿tienen a los tres hijos de perra que estaban con ella?
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365 días
RomanceLali Esposito, famosa cantante y compositora, toda una super estrella. Lali tiene todo en la vida, fama, éxito, el mundo a sus pies. Tiene absolutamente todo, pero ¿una buena reputación? Es lo único en lo que ha fallado. Luego de que su reputación s...