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Lali

Independent Music Star resultó ser una mediana compañía discográfica que estaba en verdad entusiasmada con la idea de poder representarme.

Un mes me bastó para tomar la decisión de aceptar el ofrecimiento de la compañía, y Peter se volvió un poco loco cuando le di la noticia.

—¡Eso es increíble! —exclama mientras se acerca, y me rodea la cintura con sus brazos.

Había mantenido oculto el hecho de que existía una disquera interesada, para Peter, venir a Boston fue motivo de unas cortas vacaciones y parte del tiempo que me estaba tomando como descanso.

Mantiene una sonrisa emocionada en el rostro, sus ojos brillan con un destello de sentimiento que me estruja el corazón.

—Es tan maravilloso, estrellita —susurra acunando mi rostro —¿desde cuanto lo sabes?

—Justo el día que volviste —admito —Mi tío León nos visitó, y me dio la información. No quise decir nada hasta que no fuese oficial, pero nos hemos reunido varias veces desde entonces, Marcus ha estado investigando al igual que Bill y esta mañana...

Sonrío, Peter me observa con intriga, esperando lo que tengo por decir.

—Esta mañana acabo de firmar contrato para los siguientes cinco años.

—¡Dios, es increíble! —vuelve a decir antes de acercarse de nuevo a mi cuerpo y plantar sus labios sobre los míos —estoy tan feliz por ti, estrellita. Realmente lo estoy.

Me rio un poco, colocando las manos sobre su pecho mientras elevo la mirada hasta conectar con la suya.

—Lo es. Tengo más libertades, y Steve Jacobs, el dueño de la discográfica, parece congeniar bien con Marcus. Que eso era un punto pendiente, no quiero que dos hombres que no se soportan conduzcan mi carrera.

Peter ríe levemente.

—Me alegra escuchar eso, mereces esto completamente, Lali. Estoy seguro de que va a ser un completo éxito y... ¡voy a tenerte en Boston!

Ahogo un grito cuando los brazos de Peter se colocan a mitad de mis muslos y me eleva. Una carcajada brota de mis labios mientras me aferro a él cuando nos hace girar.

Me baja algunos segundos después, pero aún mantiene una sonrisa radiante en el rostro. Durante el mes que he estado en Boston, me he quedado en el hogar de Peter. Una construcción de estilo moderno, con el espacio suficiente para dos personas.

Estaba a poco menos de diez minutos de la pista de entrenamiento de los BB, tiene una ubicación excelente y una vista a la ciudad desde el segundo piso que impresiona.

—Vas a vivir conmigo, ¿cierto? —dice con una sonrisa titubeante. Hay un destello de ilusión, pero también de duda en su mirada —porque entendería que quisieras buscar un departamento para ti, o una casa, o...

—Peter...—lo detengo cuando comienza a hablar con rapidez —estaba esperando que dijeras que querías que viniera a vivir contigo.

Sus hombros se relajan, sonríe con más entusiasmo mientras me rodea la cintura con su brazo y me apega a su cuerpo.

—Estrellita, he querido vivir contigo desde que estábamos en Baltimore —admite —que digas que vas a venir a Boston, solo me hace querer cumplir ese deseo. Quiero vivir contigo, Lali. Quiero hacerlo sin duda alguna.

—Bueno, entonces supongo que vamos a vivir juntos, chico bonito.

Creí que había visto todas las facetas de Peter, creí que había visto todas las emociones en sus ojos, sin embargo, estaba equivocada. Porque la manera en la que sus ojos se iluminaron, como el verde de su mirada adquirió un color más nítido, como si el color en ellos se volviera más verde, más intenso, más profundo...es algo nuevo.

365 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora