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Lali

Peter me lanza una sonrisa cálida, extiende la mano hasta conseguir tomar la mía y entrelaza nuestros dedos.

—Tranquila —dice con esa voz tan segura que posee —nada va a pasar.

—No puedo evitarlo, ¿qué tal si se les ha cruzado algo en la mente? —inquiero —¿si quieres obligarnos a hacer otra cosa?

—En el peor de los casos, estrellita, querrán alargar el contrato y yo no tengo problema con eso —asegura —no tienes nada de qué preocuparte, y si comienzas a ponerme nervioso.

Me rio levemente cuando dice lo último. Hoy es la fecha en la que el contrato vence, un día como hoy, hace un año, estamos alrededor de la misma mesa pensando que esto era una completa tragedia.

La diferencia es que ahora nos reunimos para dar por terminado el contrato, y con un pensamiento muy diferente de lo que esto significa para nosotros.

La puerta se abre, nuestros abogados y representantes ingresan, nos saludan con una sonrisa y se posicionan en sus lugares. Ahora ya no se colocan a nuestro lado, sino que se acomodan justo al frente.

—Bueno, creo que no hay motivo para extender esta reunión —dice Scott —creo que todos sabemos que fecha es hoy.

Todos asentimos.

—Chicos, lo hicieron bien —dice Marcus con una sonrisa orgullosa —todo resultó de acuerdo a lo que habíamos planeado. Lali la prensa parece tenerte ahora como lo que eres, una talentosa super estrella, tus ventas mejoraron en los últimos doce meses y parece que el publico te ama.

—Siempre me ha amado —respondo y Peter ríe a mi lado.

—Y Peter, parece que estas cada vez más cerca de ser fichado por los Boston Bruins —dice Timmy y me es imposible no ahogar un grito emocionado que hace reír a todos —funcionó, chicos. Ambos hicieron que funcionara.

—Como se les dijo, sería un contrato con duración de un año —interviene Bill —hoy a media noche el contrato vencerá, y ambos serán libres de decidir que es lo que desean seguir haciendo. Aunque si desean acabar, lo recomendable sería esperar un par de semanas antes de hacerlo público.

—No tenemos intenciones de terminar —dice Peter con una sonrisa —nosotros continuaremos juntos.

No me pasa desapercibida la sonrisa orgullosa de Scott.

—Resultó mejor de lo que esperaron, ¿o no? —inquiere —son libres muchachos, por favor no nos den muchos dolores de cabeza. ¿De acuerdo?

—No prometemos nada —respondemos al mismo tiempo que nos incorporamos.

—Ahora, señores, nos retiramos porque tenemos una cena de aniversario que planear —dice Peter mientras nos apartamos de la mesa central.

Ninguno de los hombres pone objeción ante nuestra retirada. No aparto la sonrisa de mi rostro mientras avanzamos por los pasillos de la disquera rumbo a la salida.

—¿Lo ves? No tenías absolutamente nada porque preocuparte —dice Peter cuando subimos al auto —todo resultó bien.

—Supongo que una parte de mí esperaba que algo resultara mal —admito encogiéndome de hombros.

—Oh, no seas supersticiosa, estrellita —responde con diversión.

—¿Alguna vez dejarás de llamarme estrellita? —inquiero curiosa.

Peter ríe, enciende el auto cuando termina de colocarse el cinturón de seguridad y niega.

—Jamás, estrellita.

365 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora