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Lali.

Me acomodo la gorra y las gafas mientras entramos al sitio en donde se llevaría a cabo el partido de Peter. Una semana había pasado en la cual prácticamente no tuvimos comunicación más que unos breves intercambios de mensajes.

—¿Hoy si vas a presentarme a tu novio? —inquiere Candela mientras caminamos hacia nuestros asientos.

Peter nos había dado boletos con asientos de primera fila, estábamos a unos dos metros de la chanca de hielo en donde se llevaría a cabo el partido, y un par de cámaras televisarían todo el juego así que debía comportarme como toda una novia orgullosa apoyando a su chico, o eso fue lo que Marcus advirtió.

—Si tenemos oportunidad de verlo después del partido, entonces sí —expreso mientras nos acomodamos en nuestros lugares. Coloco el bolso sobre mis piernas y me quito las gafas, el lugar está iluminado, pero no lo suficiente como para poder observar todo con claridad si porto las gafas oscuras.

Me acomodo la gorra con el logo del equipo de los Halcones Rojos, Marcus dijo que debería portarla, en realidad no sé de donde la obtuvo con tanta facilidad, pero no parecía una petición exagerada, así que acepté. Además, ese gesto había hecho que Candela creyera más la mentira de que ahora soy una novia enamorada.

—¿No puedes pedirle que me presente a algún amigo? —inquiere con una sonrisa tirando de sus labios—. No me molestaría salir con algún sexi jugador de hockey.

Sonrío, sacudo la cabeza con discreción y la miro tomar su celular, se apega a mi cuerpo hasta cruzar el brazo sobre mis hombros y abre la cámara frontal. Sonrío mirando la pantalla, Cande captura la foto y la aprueba de inmediato.

Sus miles de seguidores seguramente agradecerían una fotografía de ella tan sonriente.

Recorro las gradas con la vista, poco a poco los lugares comienzan a llenarse de aficionados portando las camisetas de los dos equipos, al parecer con la poca información que había podido obtener, este es un partido importante, el inicio de una larga temporada de juegos para colocarse como campeón de liga.

Jorge y Dave se colocan justo en los asientos traseros, Marcus consideró que sería peligroso ir a un partido de hockey sin guardias de seguridad, pude convencerlo de no enviar a todo el equipo así que solamente me acompañan los dos más cercanos.

No sé en realidad cuanto tiempo pasa hasta que una música conocida suena. Jorge se inclina hacia adelante y volteo con ligereza cuando lo siento cerca.

—Deberías prepararte, es la entrada de Lanzani —dice con una leve sonrisa.

—Gracias —volteo, justo como ha dicho Jorge varios jugadores ingresan con los uniformes de los Halcones Rojos, miro con detenimiento a cada uno, llevan cascos así que no puedo distinguir quien de ellos es Peter.

—¿Qué número es tu novio? —inquiere Candela, no respondo.

Dios, se supone que Peter y yo habíamos convivido por algunas semanas para evitar estos silencios incomodos por no saber una respuesta.

—Cambio esta temporada —miento y espero que me crea porque en realidad no tengo idea de que si eso es posible—. Así que no sé, olvidó decirme.

Sigo a los jugadores que continúan saliendo, los gritos y vítores aumentan con cada aparición y luego de un gran esfuerzo, lo único.

Peter Lanzani, el número treinta y siete.

—Ahí está —lo señalo. Él se mueve sobre sus patines, gira levemente como si buscara a alguien entre el público, parece saber exactamente en donde me encuentro porque su mirada se dirige hacia el sitio en donde nos encontramos.

365 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora