Peter.
He intentado no pensar demasiado en lo que ha ocurrido en mi vida en el último mes, he intentando una y otra vez ignorar el dolor en el pecho y fingir que estoy bien.
Me está costando más de lo que pude pensar, el método para no pensar demasiado es entrenar. Entrenar y entrenar hasta que mi cuerpo no puede con el cansancio, hasta que mis músculos llegan al límite y entonces solo llego a casa a dormir.
En dos días se llevaría a cabo el partido final, y necesitaba dar lo mejor de mí.
Necesito ese fichaje, necesito ser parte de los Boston Bruins y poder volar lejos de Baltimore.
—¡Peter! —volteo mientras me deslizo hacia el otro extremo de la pista de donde Frank se encuentra.
Resoplo cambiando la dirección de mi deslizamiento y patino hasta él.
—¿Sí?
—Hoy no entrenarás como sueles hacerlo, cuando el tiempo del entrenamiento acabe ven a mi oficina —pide.
—¿Estoy en problemas? —Frank sonríe. Mi pregunta no lo toma por sorpresa ya que en las ultimas semanas me he llevado más llamadas de atención que en toda mi carrera deportiva.
—Para nada —asegura —solo necesito tratar unos asuntos contigo.
—Bien —me hace una seña para que continúe entrenando y eso hago.
Tenemos partidos simulados y se nos permite excedernos un poco más ya que el partido de final de temporada será todo menos amistoso.
Los dos equipos pretenden coronarse como campeones de la liga, y a su vez, atraer hacia sus integrantes la atención de todos los cazadores de talentos que estarán en las gradas.
Es nuestra oportunidad de brillar.
Cerca de una hora y media más tarde estoy acabando con la ronda de entrenamientos. Salgo del hielo sintiéndome agotado, pero aún recuerdo la petición de Frank. Intercambio algunas palabras con el Chino y Agustín antes de dirigirme a los vestidores.
Seguramente a mi entrenador no le molestaría esperarme unos minutos, así que me tomo el tiempo necesario para darme una ducha y colocarme un conjunto deportivo antes de ir hacia su oficina.
—Nos vemos en el partido del viernes —dice el Chino despidiéndose cuando nos encontramos en los pasillos.
—Arrasaremos —dice Agustin a su costado —¿Quieres que te esperemos? Iremos con nuestras chicas a tomar algo.
—No gracias, paso —respondo —no quiero ser un mal tercio. Además, Frank me espera, seguro me toma tiempo.
—De acuerdo, recuerda llamarnos si necesitas algo —pide el Chino antes de colgarse la mochila al hombro y avanzar junto con nuestro amigo hacia la salida.
Tomo un suspiro mientras yo retomo mi camino hacia la planta superior del club. Mis pasos son desganados mientras avanzo y ruego porque lo que sea que Frank tenga por decir, no nos lleve más de diez minutos.
—Espero que no sea tardado —pido abriendo la puerta —quiero ir...
Mis palabras se detienen cuando no encuentro a Frank en la oficina. Sino a los representantes de Lali, y a mi agente.
—Creí que me reuniría con Frank —murmuro dejando caer la mochila contra las losas —¿qué es esto?
—Nosotros le pedimos que te llamara —dice Scott —siéntate, Peter. Hay algo que debemos discutir.
—Según sé el contrato ya acabó —murmuro —así que creo que no hay asuntos por discutir.
—¿Podrías solo escucharlos, Peter? —inquiere Timmy —es sobre Lali.
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365 días
RomanceLali Esposito, famosa cantante y compositora, toda una super estrella. Lali tiene todo en la vida, fama, éxito, el mundo a sus pies. Tiene absolutamente todo, pero ¿una buena reputación? Es lo único en lo que ha fallado. Luego de que su reputación s...