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Lali

Todo fue un caos. Un completo y desastroso caos.

Peter acaricia mi espalda con su mano, un gesto suave que me reconforta. Hemos estado en silencio por varios minutos, no deseo hablar y él no me obliga a hacerlo.

—No se acaba el mundo, Lali —dice después de un rato —aunque lo parezca.

Mi cuerpo se siente sin energías, como si de pronto hubiese perdido todo ánimo de hacer cualquier cosa. Tomo un suspiro que me brinda tan solo un poco de tranquilidad y me apoyo más contra el cuerpo de Peter.

He roto contrato con la disquera y eso significó un duro golpe que apenas y comienzo a asimilar. No he vuelto a hablar con Scott, no quiero volver a hacerlo en mi vida y librarme de él debe de sentirse como un alivio, pero no lo es.

Al romper el contrato, los derechos de explotación de los discos que produje bajo su sello quedaron en su poder. Mi padre y Marcus intentaron que pudiese recuperar los derechos, sin embargo, no hubo nada que pudiésemos hacer.

Papá había dicho que era su culpa, que debió de ser más cuidadoso con las cláusulas, pero ¿Cómo imaginar que el dueño de la discográfica sería un completo idiota?

—Todos los discos que he creado desde que inicié mi carrera, les pertenecen —susurro con un sonido débil —no puedo cantarlos, ni usarlos. Es lo que he hecho toda mi vida, Peter. Y sé que puedo hacer más, pero se siente como si hubiese perdido una parte de mi vida que no volveré a recuperar.

Él permanece en silencio.

—Y sé que puedo crear más, que al final de cuentas, esas letras nacieron de mí, así que solo tengo que seguir creando, pero...—sacudo la cabeza —fueron mis inicios, fue todo el camino que recorrí hasta llegar a quien soy ahora.

Vuelvo a suspirar, cierro los ojos levemente y los abro cuando siento el toque cálido de Peter contra mi espalda otra vez.

—No es el final, Lali. Tal vez esta es tu oportunidad para demostrar de que estás hecha —dice suavemente —para mostrarle a todos que puedes volver a resurgir, aún cuando alguien te ha arrebatado todo. Eres increíble, talentosa, eres magnifica y esto no va a poder acabar contigo.

Sonrío, ladeando la cabeza mientras me siento reconfortada con sus palabras, con su presencia.

—Lo único que le agradezco, es haberte puesto en mi camino —admito.

—Me empujaron a tu camino, en realidad —bromea y me rio. —pero agradezco ese empujón, porque no he sido tan feliz como lo soy desde que estoy contigo.

—Eres un romántico —Peter sonríe con orgullo.

—Es una de mis tantas habilidades, super estrella —dice con suficiencia —¿apenas comienzas a darte cuenta?

—Sé que eres muy hábil, en muchas otras cosas también —respondo con tono juguetón.

La sonrisa de Peter se ensancha mientras se inclina hacia mí, y se apodera de mis labios. Lo hace de una forma tan abrupta, con un contacto feroz. Nos deslizamos por el colchón hasta que el cuerpo de Peter cubre el mío, parece que sus entrenamientos en Boston comienzan a definir muchísimo más su cuerpo, porque los músculos de su torso se sienten muchísimo más tonificados bajo mis palmas.

—Quiero decir que solo me contengo de demostrar mis habilidades porque tus padres están abajo —sentencia.

Una risa brota de mi cuerpo, como si hubiese sido invocado, dos toques en la puerta nos sobresaltan y cuando la puerta se abre y mi padre aparece, Peter se aparta con rapidez de mi cuerpo, estamos casi al borde del colchón así que cuando Peter se aparta, no hay colchón que lo reciba y el golpe seco que se escucha cuando cae, nos lo confirma.

365 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora