CAPÍTULO 9 - POR: Isabella Johnson.

140 15 0
                                    

Hoy hemos quedado con Alexander en ir a comer a casa de mis papás, me sentí muy nerviosa cuando les conté que llevaría a un chico a presentarles, Erick me interrogó acerca de él, ¡más que en un juzgado!, me pidió que antes quería conocerlo, y que si consideraba que valía la pena, que lo llevara a casa.

Me negué rotundamente, y le dije que no era él quien decidiría si valía o no la pena, que me había enamorado, y que no estaba dispuesta a renunciar solo porque a él se le antojaba; cuando vine a reaccionar de lo que había dicho, ya era tarde, mamá y papá que estaban con nosotros en la mesa, ya habían escuchado.

Papá que por lo general es el mediador, en esta ocasión guardó silencio y fue mi mamá quien me defendió, diciendo que no se tenía que meter, que yo ya estaba grande y que tenía derecho a escoger, que a él nunca lo habíamos cuestionado con sus decisiones amorosas.

Más tarde en la cocina, mamá me preguntó si en realidad estaba segura de lo que sentía por ese chico, que podía ser solo una ilusión y que de ser así, no valía la pena que ellos lo conocieran, le respondí que sí, que me había enamorado y que íbamos en serio, aunque esperaba terminar la universidad.

Omití contarles que Alexander es uno de los empresarios más exitosos de la ciudad, y que está insistiendo para que me vaya a trabajar con él.

La verdad es que a veces me da miedo que todo esto sea solo un sueño, y despertar de un rato a otro y darme cuenta de que nada es real, Alexander es tan amoroso y detallista, que hasta ha logrado caerle bien de primas a primeras a Rose, y eso que ella es bien desconfiada. Y me da gracia que con él se hace la seria haciéndole pensar que no lo traga mucho.

He conocido a su familia y todos se portaron muy bien, también he conocido a sus amistades y me parecen que están tan locos como mis amigos, a excepción de Eliana, que la siento un poco distante. Cuando le comenté a Alexander me dijo que a ella le cuesta hacer amistad con personas que recién conoce.

Su explicación no me pareció para nada descabellada, pues, Cecilia, una compañera del trabajo es similar, en un inicio se mostraba distante conmigo y en la medida que me fue conociendo nos hicimos amigas, hoy nos llevamos muy bien, así que le tengo que tener paciencia a la tal Eliana.

—Bella te está sonando el teléfono —me dice Rose.

Salgo corriendo a contestar, porque debe de ser mi tesoro, avisándome que ya está esperándome en el parqueo.

—Hola...

—Princesa ya estoy aquí, puedes bajar —me pide mi baby.

—Un momento, solo voy por mis cosas —le digo feliz de que ya haya venido.

—Ok. No tardes —me pide colgando la llamada.

—Rose ya vino por mi Alexander, me voy, ¡deséanos suerte!

—No creo que la necesites, dudo que tu papá tenga entre sus cosas algún arma —bromea riendo.

—Pues no que yo sepa —le respondo también divertida—. Chao —me despido saliendo del apartamento.

En cuanto me ve salir del edificio, mi amor sale de su auto y me abraza cuando llego hasta adonde él.

—¿Qué tal dormiste? —me pregunta besándome.

—Bien, solo que tuve ciertos momentos en los que alguien se infiltró en mis sueños —le cuento mordiendo levemente su labio.

—¿Y eso? —quiere saber apretándome contra él

—Unos ojos encantadores con una sonrisa coqueta, asaltaron mis sueños —le cuento dejando que me apapache cariñosamente.

—Sube —me pide abriendo la puerta para que entre en el coche, luego espero a que dé la vuelta para que él suba también, en cuanto se acomoda me pregunta.

El DESTINO Y SUS JUEGOS - TRUCO O CASUALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora