CAPÍTULO 51 - POR: Isabella Johnson.

73 7 0
                                    

—No es posible, ¡he estado teniendo mi periodo! —le respondo, queriendo que comprenda y descarte esa posibilidad.

—Con más razón tiene que hacerse el chequeo médico, puede que solo sea estrés y necesite vitaminarse, ¡para estar como nueva! —me responde con condescendencia de más, que en lugar de ayudar, me preocupa.

—Sí, debe de ser eso doctor, muchas gracias por venir, iremos a que se haga el chequeo cuanto antes —se compromete Patrick, viniendo a mi rescate.

—No se estrese, si sus mareos son a causa del agotamiento, lo que tendrá que hacer será descansar y tomar algún suplemento de vitaminas —me indica el médico.

—¡Así lo haré, doctor! —le respondo rogando que sea solo eso.

En cuanto el médico sale, Patrick me dice.

—Podemos ir al consultorio de la doctora que atiende a mi familia.

—No es necesario que lo haga hoy mismo, puedo esperar para ir mañana, aunque si te agradeceré que me recomiendes a la doctora que los atiende, ya que no tengo idea de adonde ir —le respondo.

—¡Por supuesto!, yo mismo le avisaré a la doctora que vamos a llegar —me responde—. ¿Vamos?

—Ahora no, mañana temprano iré, recuerda que tenemos trabajo pendiente.

—Nada de trabajo por el resto del día, ya escuchaste al médico, ¡tienes que reposar! —me contradice.

—No es necesario, ¡un achaque lo tiene cualquiera!, solo déjame que me retoque el maquillaje y estaré como nueva —le aseguro levantándome e intentando aparentar que me siento de maravilla.

—Estaré más tranquilo si te haces los análisis hoy mismo.

—Te prometo que iré mañana, ¡hoy tenemos reuniones pendientes! —le recuerdo, viendo el reloj—. Por cierto, ¡no tardan en venir!

—Está bien, pero me lo has prometido, mañana temprano irás a donde la doctora y te realizarás los análisis que te han dejado —me dice mirándome sin la menor mueca de una sonrisa en su rostro.

—Muy bien jefe, ¡como usted diga! —le respondo tratando de quitarle hierro al asunto, no me gusta que se ponga tan serio, ¡al menos no por mi salud!

El resto de la tarde no presento ningún otro síntoma de agotamiento o malestar alguno, nos reunimos con los proveedores con que habíamos quedado y avanzamos en varias cosas más, pero me percaté de que en todo momento Patrick estuvo al pendiente de mí.

Como ya se nos ha hecho costumbre, antes de que finalice la jornada laboral él llega a mi oficina y hablamos tanto de cuestiones de trabajo como personales.

Y como mi coche no logró pasar la aduana por alguna condición que requerían y no cumplió, ¡estoy sin nada!, así que si Rose no viene por mí, Patrick me lleva, nunca he tenido necesidad de pedir un Uber para regresar al apartamento. Y hoy no iba a ser la excepción, así que mi chofer Patrick me lleva a casa.

—Trata de descansar —me pide—. Más tarde voy a mandarte los datos de la doctora al teléfono, o si quieres puedo acompañarte yo mismo —se ofrece.

—No te preocupes puedo ir sola, ¡estaré bien! —le aseguro, no queriendo darle más molestias—. Eres demasiado considerado conmigo, ¡y me da pena! —le confieso preocupada de que vaya a terminar sintiendo que soy muy complicada.

Hace unos días nos tocó lidiar con el artículo que publicaron, no tenemos la menor idea de quien tomó las fotografías, ni el porqué de la publicación, Rose fue quien los descubrió y estaba eufórica por la insinuación.

El DESTINO Y SUS JUEGOS - TRUCO O CASUALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora