CAPÍTULO 17 - POR: Alexander Black.

104 14 0
                                    

Estamos celebrando la fiesta de fin de año en la casa de campo de mi familia, nos han acompañado Isabella y su familia, incluso Rose con su novio, y Eliana que al final ya no hizo su viaje a Italia.

Desde que conocí a Isabella ha cambiado mi vida, para comenzar, terminé faltando a mi regla de no mezclar los negocios con el placer, pues le ofrecí que formáramos una sociedad, para que pudiera poner cuanto antes en marcha su Estudio de Arquitectos, y así nació JB

Y siendo honesto, me ha sorprendido gratamente la forma en que lo gestiona, aun si no contaran con los inmuebles de Blacks, continuaría generando utilidades con los contratos externos que cierran;

¡Me alegra que tenga éxito!, solo que ahora insiste en que antes de que nos casemos, quiere ganar un contrato fuerte, ¡es cabezota y quiere lograrlo soltera!, así que lo que me queda es apoyarla.

Mi princesa no acepta que cuando nos casemos podrá disponer de todo lo mío, me alegra que piense en su independencia y que no sea interesada, pero si por mí fuera, ¡pondría el mundo a sus pies!, aunque para lograrlo tuviera que trabajar las veinticuatro horas del día.

En cuanto a incrementar la familia, esperaremos hasta que ella considere oportuno, pues debo de aceptar que no es algo que estuviera en mis planes de vida a corto plazo, sin embargo, verla interactuar con su sobrinito, hizo que me naciera el deseo de que tengamos hijos.

Pero ya dije, esperaremos hasta que ella quiera que ocurra, mientras tanto, a seguir disfrutando de nuestra libertad para hacer lo que queramos, como y cuando se nos antoje, sobre todo en el sexo, ¡amamos follar! y lo hacemos cada vez que tenemos oportunidad, y según dicen, ¡eso cambia cuando llegan los hijos!

He venido evitando los viajes que impliquen estar fuera de la ciudad por más de dos o tres días, sin embargo, acepto que debo de retomarlos, y comenzaré en enero, yendo a atender los asuntos que tengo pendientes en California. Le he pedido a mi princesa que me acompañe, ¡pero era obvio que se iba a negar con el trabajal que tiene!, le está metiendo duro a los proyectos porque dice que duda que le quiera dar más prórroga para la boda, si por mi fuera, ¡nos habríamos casado ya!

Con suerte y accedió a que nos fuéramos la semana pasada a Honolulú, no le dijimos a nadie, solo a sus papás por obvias razones, pienso que ellos ya saben que vivimos juntos, pero no se han pronunciado, y por eso mi princesa insiste en seguir guardando las apariencias.

Los días que estuvimos en el Hill los disfrutamos al máximo, hasta hicimos turismo en las cercanías del hotel. E incluso tuve la oportunidad de saludar a Dormán, al hermano de Benjamín, no lo veía desde que nos encargamos de vender uno de sus apartamentos.

Sin embargo, no me gustó que viera a mi princesa más de la cuenta, aunque ella ni lo peló cuando se lo presenté, estaba hablando con Erick y después me preguntó quién era el tipo y no le dio importancia. Y a este viaje accedió a venir porque todos estamos de vacaciones, y Blacks está prácticamente cerrado.

—¿Por qué tan pensativo? —me pregunta papá.

—Nada en particular, solo apreciaba el atardecer.

—Pareces viejo —se burla—. Te faltan unos cuantos años para que empieces a conformarte con eso, ¿hay problemas en el paraíso?

—¡Para nada!, ¿Por qué preguntas?

—Estás aquí solo, ¡sin ella! —dice a modo de explicación.

—Estoy aquí por sobrevivencia —le respondo riendo, recordando que por poco me linchan, cuando intenté sacar a mi princesa de esa habitación de fieras.

—¿Y eso? —me pregunta intrigado.

—Están allá arriba midiéndose la ropa que compraron, ¡cosa de mujeres!, ¡ni Dios quiera que uno se cruce por ahí!

El DESTINO Y SUS JUEGOS - TRUCO O CASUALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora